Soldados estadounidenses y afganos han iniciado la Operación Dragon Strike para expulsar a la insurgencia talibán de su bastión de la provincia de Kandahar, en lo que se trata de la primera maniobra de combate a gran escala contra múltiples objetivos en la región, según informó la misión de la OTAN en el país centroasiático. "Esperamos una dura batalla", aseguró al 'The New York Times' el portavoz de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), el general Joseph Blotz. El objetivo "consiste en destruir las posiciones de combate de los talibanes para que no tengan lugar donde esconderse", agregó.
La operación comenzó a principios de esta semana en las localidades de Arghandab, Zhari y Panjwye, después de varias semanas de desarrollo táctico para "dar forma a los ataques", destacó el general. El operativo, a grandes rasgos, combina tropas de infantería con apoyo aéreo, y se caracteriza porque en ella se ha desplegado un número mayor de soldados afganos que de estadounidenses.
Por otro lado, dos soldados de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) de la OTAN murieron ayer en la explosión de un artefacto en una carretera en un punto no precisado del sur de Afganistán.
La operación comenzó a principios de esta semana en las localidades de Arghandab, Zhari y Panjwye, después de varias semanas de desarrollo táctico para "dar forma a los ataques", destacó el general. El operativo, a grandes rasgos, combina tropas de infantería con apoyo aéreo, y se caracteriza porque en ella se ha desplegado un número mayor de soldados afganos que de estadounidenses.
Por otro lado, dos soldados de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) de la OTAN murieron ayer en la explosión de un artefacto en una carretera en un punto no precisado del sur de Afganistán.
Secuestro de una cooperante
Una cooperante británica ha sido secuestrada ayer junto con tres afganos cuando viajaban por el este de Afganistán, según informaron diversos medios del Reino Unido, que citan fuentes de los servicios de seguridad.
El secuestro ocurrió en una zona remota del este de Afganistán por la que el grupo viajaba en un convoy de dos coches, cuando unos hombres armados les obligaron a pararse. La británica, cuya identidad no ha sido difundida, trabaja al parecer para la organización estadounidense DAI.
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