La situación en Libia se estanca entre la violencia, la confusión y la desinformación de un régimen que no da por perdida ninguna batalla. Gadafi, que ayer golpeó duramente algunos feudos rebeldes y que ahora se presenta como último bastión frente a Al Qaeda, ha conseguido frenar el avance rebelde sobre su feudo en Sirte. Además, ha afirmado en la televisión pública que la revuelta había sido derrotada en Al Zauiya, Misrata, Rus Lanuf e incluso Tobruk, en el extremo este del país. Sin embargo, hay informaciones contradictorias sobre el control de cada una de estas ciudades. Decenas de afines al dictador han celebrado el anuncio en Trípoli, ciudad en la que se han oído disparos durante la noche que ahora el régimen atribuye a esas celebraciones, según informa la BBC.
Al tiempo que los choques comenzaban en Misrata, único enclave en poder de los rebeldes entre la capital y la ciudad costera de Sirte, la aviación leal a Gadafi ha emprendido un ataque aéreo sobre el enclave petrolero de Ras Lanuf, a donde se repliegan las avanzadillas revolucionarias que pretendían atacar hoy Sirte.
A pesar de que Gadafi proclama su victoria en Misrate, a 200 kilómetros de Trípoli, residentes en la ciudad han desmentido que haya caído bajo control de Gadafi y han asegurado por teléfono a Reuters que la ciudad sigue en manos de los rebeldes, como lo ha estado "durante las dos últimas semanas". Estos testigos sí confirman que se han oído "disparos cerca del aeropuerto" y a última hora de la mañana en los accesos a la ciudad, donde se encuentran tropas leales a Gadafi. Las fuerzas del dictador usan artillería y tanques en la entrada oeste de la ciudad, según otro testigo citado por la misma agencia. "Destruyen todo. Los revolucionarios hacen lo que pueden para impedir que lleguen al centro de la ciudad", dice.
Hacia la cuna de Gadafi
Esta mañana, el comandante rebelde Bashir Abudl Gadir ha asegurado en una rueda de prensa que controlan la ciudad de al-Nawfaliyah. Sin embargo, no está claro quién controla esta ciudad ni la de Bin Jawad, situada camino de Sirte y donde se están librando este domingo los combates más intensos.
Los insurgentes en la zona oriental habían avanzado en las últimas soportando el hostigamiento aéreo de helicópteros y aviones de las Fuerzas Armadas libias, y solo disfrutan de una ventaja: según entran en las ciudades, los voluntarios dispuestos a sumarse a la marcha hacia la capital engrosan sus filas. Ayer muchas más camionetas que en días precedentes, repletas de jóvenes enfervorecidos y a menudo imprudentes en el uso de las armas, partían desde las localidades tomadas deseosos de derrocar a Gadafi. Sirte estaba a la vista de los alzados.
Es verosímil que si los sublevados toman Sirte -sede de vitales instalaciones petroleras del país y fundamental bastión de Gadafi y los suyos-, el cerco sobre la capital se aceleraría. Pero nunca se puede descartar una reacción de los soldados y mercenarios del autócrata. Sobre todo, si Gadafi y sus huestes cumplen su palabra: siempre han dicho que nunca se fugarán y que morirán en su país. El comportamiento de los soldados y mercenarios de Gadafi -tras lo sucedido ayer en Zauiya- es cada día más brutal. Y si aumenta su desesperación, no pueden descartarse ataques más mortíferos todavía.
Los alzados contra el régimen cuentan en su modesto arsenal con armas ligeras, ametralladoras, lanzagranadas, baterías antiaéreas, y cañones antitanque, pero ese armamento poco puede hacer a la hora de la verdad contra un Ejército y unas unidades paramilitares bien entrenadas durante años y mucho mejor pertrechadas, con tanques, artillería pesada, aviones y helicópteros.
Además, de una personalidad como el coronel Muamar el Gadafi se puede esperar cualquier cosa. Lo único que está claro es que no hay espacio para el compromiso.
Fecha de la Noticia: 06 de Marzo de 2011
Hora: 10:05:24
Fuente: EL PAIS.COM
Publicado Por: RC
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