Cada jornada que los aviones estadounidenses despega de las bases aéreas de la OTAN enFrancia o Italia para bombardear Libia le cuesta más de 4,5 millones de euros a los sufridos contribuyentes. El pentágono ha reconocido que los 135 días de campaña en el país norteafricano –contabilizados hasta el 31 de julio– ha gastado 623 millones de euros, según refleja en su edición digital el diario 'The Washington Post'.
La crisis económica y los problemas presupuestarios de la Administración Obama han provocado que la campaña de Libia sea muy poco popular entre los estadounidenses. Una encuesta realizada por la cadena de televisión CBS afirma que el 60% de los ciudadanos del país se opone a la intervención.
Parece que tiene muy presente los más de 74.000 millones de dólares que les costarán las ofensivas de Afganistán e Irak el año que viene. Desde el inicio de las hostilidades, ambos conflictos se han comido un billón de dólares en gastos militares.
De hecho, aunque los gastos de los ataques aéreos no lleguen a esas desorbitadas cantidades, si los bombardeos prosiguen, dentro de poco tiempo el gasto de la campaña en Libia podría superar el presupuesto anual de organismos públicos como la Administración de Drogas y Alimentos (la FDA, según sus siglas en inglés).
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