7 de junio de 2012
Tatiana Rusakova, Rusia Hoy
La compañía aérea mexicana Interjet confirmó su intención de adquirir aviones comerciales de fabricación rusa del modelo Sujói Superjet 100, a pesar de la catástrofe sucedida el 9 de mayo en Indonesia. En aquel accidente, un Sujói Superjet 100 se estrelló durante una demostración de vuelo, chocando contra el monte Salak. A bordo había 37 pasajeros y ocho miembros de la tripulación. Todos fallecieron. Tal y como anunció el jefe de la junta directiva de Interjet, Miguel Alemán Velasco, México realizará un pedido de 20 aviones más del modelo Sujói Superjet 100.
Fuente: Reuters.
A principios del año pasado, la compañía mexicana firmó un contrato con Superjet Internacional para la compra de 15 aviones. Queda la opción de cinco aviones más. La entrega de los primeros tres y cuatro Superjets a México se espera para noviembre de 2012. México es el primer cliente de aeronáutica de fabricación rusa en Latinoamérica de este tipo de modelo de aviones. El diseño lo lleva a cabo la corporación Sujói, que ha depositado sus mayores expectativas en el Superjet-100, y sugiere que la fabricación y promoción de un avión de pasajeros de corto recorrido sería uno de los caminos de salida de la grave crisis a la que, después del colapso de la Unión Soviética, se vio arrojada la industria aeronáutica rusa.
Mientras que la industria aeronáutica militar de Rusia ha mantenido y consolidado su posición en el mercado global (los aviones militares Su, con varias modificaciones, y los múltiples helicópteros de fabricación rusa son ampliamente utilizados por todo el mundo), la industria de la aviación civil está al borde de la desaparición. El porcentaje de aviones rusos en la flota mundial ha caído hasta el 2%.
Los diseñadores del Superjet 100 suponen que, más allá de la frontera rusa, este modelo de avión comercial tendrá demanda. El Sujói Superjet cuesta aproximadamente entre un 10% y un 15% menos que sus análogos extranjeros: el brasileño Embrear y el canadiense Bombardier. En la Feria FIDAE de Chile, que tuvo lugar en abril de 2012, el expositor de Superjet tuvo un gran éxito, y el representante de Sujói declaró que este avión presenta perspectivas reales en el mercado latinoamericano.
A principios de abril de 2012, el avión superó los protocolos de certificación en México. Ahora las aerolíneas mexicanas pueden comprar aeronaves rusas de este modelo sin ningún riesgo ni restricciones a su uso. “En el transcurso del primer año de uso comercial, el avión Sujói Superjet 100 ha demostrado un rendimiento excelente y un notable historial de seguridad. La certificación de nuestros aviones en México es una prueba del reconocimiento internacional de su seguridad y de las características operacionales de nuestro avión. Esto es importante para el suministro de SSJ100 de la compañía Interjet, el primer cliente de GSS en Latinoamérica”, señaló el vicepresidente de la corporación Sujói, Ígor Vinogradov.
Sin embargo, los ambiciosos planes de Sujói en relación con la conquista del mercado internacional se encuentran ahora amenazados. Inmediatamente después del accidente indonesio, Sky Aviation canceló la compra de aeronaves rusas y explicó que no volvería a comprar un SSJ-100, hasta que se esclarecieran los motivos del accidente. Antes de la catástrofe, tenía previsto adquirir 12 aviones rusos. Actualmente, hay un pedido de 170 Sujói Superjet-100.
Afirmar que el desastre del avión Sujói Superjet supone un daño irreparable a la reputación del fabricante es, según algunos expertos, prematuro, puesto que la aeronave cumple con todas las normas internacionales de seguridad y, de hecho, tiene buenas perspectivas en los mercados extranjeros.
Más escéptico se mostró uno de los héroes de Rusia, el piloto de pruebas Anatoli Kníshov. En sus comentarios a Rusia Hoy, el experto declaró que “lo más probable es que la catástrofe tuviese lugar debido a un fallo técnico, aunque también habría podido fallar el sistema de navegación. Las declaraciones de México sobre su adquisición de más aeronaves de la industria Sujói tienen una clara intención política”, comentaba Kníshov.
En realidad, las causas del accidente se conocerán cuando se descifren los datos de la segunda caja negra, que fue encontrada la semana pasada. Mientras tanto, las compañías aéreas que operan este avión -la rusa Aeroflot y la armenia Armavia- declararon que no tenían intención de detener los vuelos.
No obstante, ahora ya es evidente que la tragedia ocurrida en Indonesia el 9 de mayo dificultará el avance de los aviones rusos en el mercado internacional, y que sus costes sobre la reputación de la industria de la aviación civil de Rusia, sea cual sea el resultado de la investigación del accidente, serán muy significativos.
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