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viernes, 13 de enero de 2012

El mercado de los cazas de superioridad aérea más importantes de la actualidad



Los aviones de combate son componentes esenciales de la guerra moderna, y los estrenos recientes estrellas de la industria apoyan esta tesis. En fieras de la ingeniería examinaremos los cazas de superioridad aérea hoy disponibles de última generación, incluidos los T-50 de Rusia, el secreto J-20 de China, el F-22 Raptor de Estados Unidos y el Eurofighter europeo. Incidiremos sobre los actuales problemas en sus desarrollos y, las posibilidades futuras, que el mercado está experimentando en el incremento de su oferta.

El valor de los contratos que están en juego actualmente y en los próximos años se estiman en miles de millones de euros, ya que que los fabricantes más importantes del mundo tratan de obtener pedidos para la próxima generación de aviones de combate desarrollado en los últimos años. India, por ejemplo, se encuentra en una fase final de selección de cazas para un contrato con Estados Unidos valorado en más de 8 mil millones de euros.

El proceso de selección internacional de cuatro años de duración que comenzó en agosto de 2007 llegará a su conclusión, cuando funcionarios de la India abran la licitación de los fabricantes hasta ahora seleccionados para la European Aeronautic Defence and Space Company (EADS) y Dassault de Francia. India había considerado previamente las ofertas de los F-16 de Lockheed Martin, los F/A-18 de Boeing, los MiG-35 de la Rusia United Aircraft Corporation y la sueca SAAB Gripen.


India, quien posee el protagonismo actual más importante para la adquisición de unidades aéreas militares, ya ha firmado un acuerdo con Rusia para el desarrollo conjunto de un avión caza de quinta generación o FGFA, basado en el diseño del avión Sukhoi T-50. De acuerdo con un informe de la agencia rusa de noticias RIA Novosti, publicado a finales de octubre, el caza de combate T-50 de quinta generación estará listo para surcar los cielos en un futuro próximo. El T-50 hizo su viaje inaugural en enero y dos prototipos ya han sido sometidos a pruebas de vuelo. El avión, desarrollado bajo el PAK FA (Future Aviation System for Tactical Air Force) del programa en el Sukhoi OKB, es el primer gran avión de combate de diseño ruso desde la caída de la URSS y se espera que entre en servicio en 2016.

Sin embargo como era de esperar, los EE.UU. continúan volcados con el mercado indio, dado que Nueva Delhi planea gastar más de 28 mil millones de euros en al menos 166 aeronaves de 5ª generación en versiones monoplaza y 48 en biplazas a partir de 2020. Washington está presionando para lanzar definitivamente los F-35 de quinta generación de Lockheed Martin. Sin embargo, los retrasos y sobrecostes han afectado al F-35 Joint Strike Fighter, cuyo presupuesto ha sido de 238 mil millones de dólares, siendo el programa más grande del Pentágono para adquisición de armas. Entre una de las causas en su retraso más reciente, se produjo cuando una variante del avión sufrió grietas en el compartimento frontal al volar 1.500 horas de las 16.000 planificadas.


La Fuerza Aérea de EE.UU. también ha tenido que dejar en tierra docenas de aviones de combate F-22 por segunda vez este año, después de que un piloto sufriera falta de oxígeno en la cabina, según fue reportado a principios de octubre. El anuncio sigue un paso muy inusual de la Fuerza Aérea, poniendo en tierra toda la flota Raptor entre mayo y mediados de septiembre, para permitir a los ingenieros investigar los posibles problemas con el suministro de oxígeno del avión.

Para elaborar pruebas y medidas de seguridad sobre el fallo, deben localizar la fuente del problema, el cual aún no ha sido solventado oficialmente. El último caso sigue en torno a una serie de incidentes anteriores que afectan a los pilotos de los F-22 desde hace tres años, circunstancias que la Fuerza Aérea de EE.UU. se niega a discutir o afirmar.

Por un costo cercano a los 150 millones de dólares por cada avión, el F-22 Raptor, se ha diseñado principalmente para el combate aéreo cercano evadiéndose de los radares enemigos. La Fuerza Aérea de los EE.UU. tiene más de 160 F-22 Raptors y los planes para construir un total de 187. Los legisladores del país y los contratistas de defensa han presionado durante años para financiar una mayor flota de F-22. Sin embargo, el ex-secretario de Defensa, Robert Gates, logró derrotar a esta iniciativa, argumentando en contra de una necesidad urgente de aumentar el número de aviones sofisticados.


China, la superpotencia y rival asiático de la India, mientras tanto, ha estado ocupado actualizando sus fuerzas armadas. Un ejemplo de ello, es el desarrollo del caza furtivo J-20, equipado con la capacidad de evadir cualquier radar como los caza de quinta generación F-22 y F-35. China comenzó a probar el avión en enero de 2011, sin embargo algunos analistas argumentan que la amenaza planteada por el J-20 es muy exagerada por los medios estadounidenses, ya que incorpora una tecnología relativamente obsoleta.

Como una guía, Richard Aboulafia, vicepresidente de análisis de Teal Group, dijo que la medición de la capacidad en la tecnología aeroespacial en aviones de combate modernos, se realiza de acuerdo con los siguientes criterios:
Acceso de los sensores de espacio, tierra y aire, en particular con capacidad para el sistema AEW / AWACS con un equipo bien preparado y enlaces de datos encriptados.
Fusión de datos eficaz para permitir al piloto utilizar esta información, así como los datos de los sensores de a bordo.
Un sistema integrado EW.
Un radar AESA, con un alto nivel de fiabilidad.
Alta calidad de la formación teórica y práctica para garantizar el uso eficaz de los datos resultantes y el equipo.
Formación de pilotos al incluir un gran número de horas de vuelo.
Potentes motores, lo ideal es tener la capacidad de supercrucero, con un tiempo promedio más alto entre revisiones y fallos.
Una estructura de aeronave bajo características observables.
Una robusta capacidad de reabastecimiento aire-aire que engloba equipos, preparación y capacitación.
Sofisticadas y fiables armas guiadas con precisión.
Un hardware robusto y un programa de actualización de software, para mantener la efectividad del avión durante los próximos 5, 10 y 30 años.
Procedimientos de mantenimiento para el funcionamiento del avión con una alta capacidad de cambio de misión.
Equipos diseñados para facilitar el mantenimiento y permitir un fácil acceso a herramientas electrónicas de diagnóstico, empleando idealmente un sofisticado sistema de vigilancia ante fallos (HUMS).

De acuerdo con los expertos en evaluación, el J-20 incorpora un solo elemento de esta lista (número siete). Además, no quedan convencidos de que el Ejército Popular de Liberación de la Fuerza Aérea (PLAAF) cuente con cualquier otro elemento de la lista, aunque China parece estar haciendo algunos progresos en términos de relativos al número 9.


Centrándonos ahora en el mercado del continente europeo, el cual se enfrenta a diferentes problemas, en particular y más importante la crisis económica de la zona euro, están castigando al Eurofighter de EADS. Como parte de una campaña de austeridad, Alemania planea reducir el número de aviones militares que van a comprar de EADS, en un intento por reducir sus fuerzas armadas en una quinta parte. Berlín desea ahora comprar 40 en lugar de los 177 Eurofighter iniciales.

El Reino Unido, a su vez comenzó a reducir los pedidos de aviones de combate Eurofighter Typhoon hace tres años. En la primavera de 2009, Londres consiguió un contrato que le permitía vender parte de su contingente Typhoon a Arabia Saudí. Un plan similar se está considerando para algunas flotas que Alemania se había comprometido a comprar, pero que ahora consideran excedentes. La disponibilidad de los compradores está lejos de ser cierta, de acuerdo con expertos de la industria.


Las dificultades económicas de la zona euro, así como los problemas que aquejan al F-35 y al F-22 de los Estados Unidos, podría acelerar la aparición de China y Rusia como posibles rivales en el juego de los aviones de combate en superioridad aérea. Sin embargo, persisten las dudas acerca de si uno o ambos países han alcanzado una tecnología avanzada capaz de competir con el mundo occidental.


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