El avión pesa nada más que 15 kilos que vuelan a la velocidad de cien kilómetros por hora y puede sacar imágenes a 3.400 metros de altura. Con ese peso ya podemos imaginar que no es tripulado: Fulmar es como ha bautizado a este avión espía la empresa española que lo hizo posible la empresa española Aerovisión.
Este vehículo aéreo no tripulado (UAV) de rango medio, se controla desde un centro de mandos en tierra y una de sus principales ventajas, hasta ahora única en un avión de sus características según destacan sus desarrolladores, es la capacidad de amerizaje, es decir, de aterrizar en el agua.
Así las cosas, algunos usos que podrían darle a este UAV serían la vigilancia del tráfico marítimo, el control de incendios… Para utilizarlo en defensa todavía se están haciendo adaptaciones… ¿Espionaje tal vez?
Lo cierto es que al avión ya le han salido pretendientes: La filial española de la empresa multinacional Thales lo comercializará en todo el mundo. Es una compañía que trabaja ofreciendo soluciones en materias de aeronáutica y espacio, defensa y seguridad. Tiene como clientes en España al Ministerio de Defensa Español, al Metro de Madrid y a Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) entre otros.
Eso sí, de momento el avión no estará a la venta: Piensan sacarle rendimiento alquilándolo por su uso. Y vaya beneficio: Se estima que los UAV podrían llegar a mover en el mercado cerca de 4.500 millones de euros (USD 6.000 millones).
A nivel más casero, y baratito, un Parrot AR.Drone nos puede convertir en espías a todos… tanto que creo que un futuro tendrán que perfilar bastante las leyes que protegen la intimidad de las personas.
No vamos a estar a salvo de ser vigilados por todos los medios tecnológicos puestos al alcance de los gobiernos. ¡Luego dirán que tenemos paranoia! Aunque somos demasiados en este mundo para que nos controlen a todos a la vez, si es cierto que si se deciden a vigilar a personas concretas con todos los medios disponibles, no hay casi lugar en el planeta en el que esconderse, ¿no crees?
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