SANTIAGO, 16 dic (Xinhua) -- Chile logró poner en órbita un satélite de observaciones, luego de que en la madrugada del viernes el Fasat-Charlie lograra desacoplarse del cohete ruso Soyuz que despegó el viernes en la noche desde la Guyana Francesa, informó el sábado la Fuerza Aérea chilena a través de un comunicado.
Aunque el satélite ya está en órbita, aún se encuentra en una fase crítica, pues se espera el despliegue de sus páneles solares y su entrada en funcionamiento y por ello todavía no hay una declaración oficial de las autoridades chilenas.
El Fasat-Charlie partió a bordo del cohete Soyuz desde el centro espacial Kourou, ubicado en la Guyana Francesa, junto a otros satélites de fabricación francesa, y es el tercer intento de Chile por tener su propio satélite.
El lanzamiento fue supervisado desde la base aérea el Bosque, en Santiago,con la presencia del comandante en Jefe de la Fuerzas Aérea Chilena (Fach), el general Jorge Rojas, además del ministro de Defensa, Andrés Allamand y el Presidente Sebastián Piñera y otros ministros del gobierno.
El Fasat-Charlie fue encargado por la Fach a una empresa francesa a un costo de 72 millones de dólares, que incluye un centro de operaciones en la base aérea de El Bosque. Su tecnología lo convierte en el satélite de observación más avanzado de Sudamérica.
Con un peso de 130 kilos y 1.5 metros de alto, tiene un lapso de vida de unos cinco años y será utilizado para el estudio del desarrollo de la agricultura y forestación, la demografía de las ciudades, los fenómenos de sequías, el estudio de los desiertos y el avance o retroceso de los hielos, entre otras funciones.
Para tal efecto, el Fasat-Charlie está equipado con un telescopio de tres espejos, y puede captar imágenes con resoluciones de 1.4 metros en blanco y negro y de 5.8 metros a color.
Se espera que el satélite entre en contacto con una antena de comunicaciones ubicada en Suecia, cerca del Círculo Polar Artico para luego contactarse con el Centro de Control Satelital de la Fach en la base aérea de El Bosque.
El primer intento chileno por colocar un satélite en órbita fue el Fasat-Alfa, lanzado en 1995, el cual nunca pudo desacoplarse de la nave que lo llevó al espacio. Posteriormente fue el Fasat-Bravo, en 1988 , que al fallar sus baterías tuvo una vida menos prolongada de lo calculado previamente.
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