Moscú, 27 de mayo, RIA Novosti. El alto mando de la Armada de Rusia desmintió tener su propia versión sobre el hundimiento del buque surcoreano en el mar Amarillo el pasado mes de marzo, mientras experto ruso expresó su duda sobre la implicación de Corea del Norte en el accidente. "El alto mando de la Armada de Rusia sigue atentamente el desarrollo de la situación tensa en la región tras el naufragio de la corbeta surcoreana, pero no baraja ningunas versiones, y los rumores de que existen son palabrería periodística", dijo un alto cargo del Estado Mayor Naval en referencia a la información difundida por ciertos medios noticiosos sobre la eventual versión rusa del accidente. A su vez, el asesor del presidente del Consejo de la Federación (cámara alta del parlamento ruso), Konstantin Pulikovski, uno de los principales expertos rusos sobre Corea del Norte, indicó que la implicación de Pyongyang en el hundimiento de Cheonan suscita "serias dudas" y carece de lógica. El experto señaló también que a su juicio, Corea del Norte "quiere mostrar que será difícil vencerla en un conflicto militar". "Conozco bien a las autoridades norcoreanas, a las fuerzas armadas del país y los ánimos del pueblo, lo que me da motivos para afirmar que si alguien desea hacerles algo malo, será imposible realizarlo con armas convencionales", dijo Pulikovski que durante más de cinco años era representante plenipotenciario del presidente ruso en el Distrito Federal del Lejano Oriente y prestó mucha atención al desarrollo de las relaciones entre Rusia y Corea del Norte. Según Pulikovski, ante tal situación Rusia puede continuar su trabajo en el marco del "sexteto" y no sólo negociar el desarme nuclear en la región, sino que "discutir la creación de un bloque de apoyo a los países más débiles". La corbeta surcoreana Cheonan naufragó en el mar Amarillo el pasado 26 de marzo. La semana pasada, las autoridades surcoreanas declararon que el buque fue hundido por un torpedo norcoreano. Pyongyang negó su implicación en el incidente. El presidente ruso, Dmitri Medvédev, por la propuesta de las autoridades de Corea del Sur, envió a ese país a un grupo de expertos rusos para que conozcan 'in situ' los resultados de la investigación del incidente.
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