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jueves, 24 de marzo de 2011

¿CUÁNTO CUESTA LA GUERRA EN LIBIA A LOS EE. UU.?

La guerra en Libia no solo le puede costar a EE. UU. el enfriamiento de sus relaciones con algunos países, sino también un gasto enorme de dinero.

El lanzamiento de un misil de crucero Tomahawk cuesta aproximadamente un millón y medio de dólares, y solo durante las primeras horas de la campaña en Libia las tropas estadounidenses usaron más de 100 dispositivos de este tipo.

El congresista Denis Kuchinich afirma: “Esta nueva Guerra nos costará 500 millones de dólares solo durante la primera semana. Claro está que no tenemos recursos financieros para eso y acabaremos reduciendo la financiación de otros importantes programas domésticos”.

El miembro del Comité para las Relaciones Internacionales del Senado, Richard Lugar está de acuerdo: “Es extraño, pasamos todos los días en el Congreso hablando del presupuesto, y al mismo tiempo se inicia una operación tan costosa como esta”.

Mientras se está librando la operación, el desempleo en el país alcanza el 10% y la deuda estatal, la cantidad casi inimaginable, 14 billones de dólares. No es sorprendente que muchos norteamericanos cuestionan la sensatez de las acciones actuales del gobierno.

Pero sí existen los que sacan ingresos de esta guerra: son las grandes compañías, que prestan sus servicios a las fuerzas armadas.

“Los gigantes como General Electric o Halliburton han obtenido tremendos beneficios, especialmente durante las guerras en Irak y Afganistán”, comenta Sara Flounders, cofundadora del Centro de Acción Internacional de Nueva York. “Con la operación en Libia pasará lo mismo, ya que muchos de sus servicios están subcontratados”.

Pero aunque para las corporaciones la participación estadounidense en un nuevo conflicto podría estar justificada, para miles de norteamericanos los daños a la economía y a la imagen del país son probablemente un precio demasiado alto a pagar.

DIPUTADOS RUSOS PROPONEN EXIGIR A LA ONU IMPONER UN ALTO EL FUEGO EN LIBIA



Los parlamentarios rusos planean estudiar el miércoles un proyecto de resolución "Sobre la situación en Libia" y exigir al Consejo de Seguridad de la ONU imponer un alto el fuego en este país norteafricano. Asimismo los diputados de la Duma Estatal quieren llamar a las autoridades rusas a que actúen como mediadores en el proceso de solución de la situación en el país magrebí.

Los diputados se muestran preocupados por la escalada de violencia en Libia y el aumento del uso de la fuerza militar por parte de la coalición internacional. Los parlamentarios quieren exhortar a sus colegas de Francia, Reino Unido, EE. UU., Italia, Canadá y el resto de países que participan en la operación militar a que “contribuyan al cese inmediato del fuego que afecta a instalaciones de infraestructuras no bélicas de Libia y provoca víctimas civiles”.

Mientras tanto el presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, quien se reunió el martes con el ministro de Defensa de EE. UU., Robert Gates, expresó su preocupación sobre la situación en Libia y señaló que no se está cumpliendo debidamente la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la zona de exclusión aérea en el territorio de este país norteafricano. Anteriormente el mandatario del país declaró que Rusia se ofrece como mediador para buscar una salida negociada a la situación en Libia.

A su vez el primer ministro ruso, Vladímir Putin, subrayó que lo más preocupante en esta situación son las víctimas civiles. “Lo importante de esta cuestión es que deberíamos pensar en la cantidad de víctimas que aumenta a causa de la guerra civil y de los bombardeos del territorio. Esto es lo que debería preocuparnos antes que nada”, señaló el primer ministro a los periodistas durante un encuentro con su homólogo esloveno. "Pero claro está, los protagonistas de esta tragedia son los que deben alarmarse y rezar por la salvación de sus almas", concluyó Putin.

Al mismo tiempo el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, quien se encuentra en una gira por países de Oriente Medio, comunicó que Rusia sigue insistiendo en que los estados implicados en el cumplimiento de la resolución 1973 de la ONU, que dio luz verde a una operación militar en Libia, deben dedicarse exclusivamente a la defensa de la población civil, asumiendo además una total responsabilidad en este ámbito. Asimismo señaló que el jueves el Consejo de Seguridad de la ONU examinará la legitimidad del cumplimiento de la resolución que dio inicio a la operación en Libia.

Mientras tanto, EE. UU., que perdió un caza en las operaciones sobre cielo libio, planea traspasar el mando de la operación a otros miembros de la coalición, según ha informado el presidente Obama. Por su parte, la OTAN se compromete a asegurar el cumplimiento del embargo de armas contra el país árabe utilizando sus barcos y aviones en el Mediterráneo. Es la primera tarea formal de la Alianza en la actual coalición.

Esta noche el líder de la Jamahiriya ha aparecido ante sus seguidores en las calles de Trípoli, cerca de su residencia. “No nos rendiremos. Les vamos a vencer cueste lo que cueste”, declaró Gaddafi a sus aliados. La intervención fue transmitida en directo por la televisión libia.


LOS DESECHOS NUCLEARES EN EE. UU. SOBREPASAN SU CAPACIDAD DE ALMACENAMIENTO



Mientras que el nivel de radiación en la central nuclear nipona Fukushima-1 ha alcanzado el índice más alto desde el momentodel accidente provocado el pasado 11 de marzo por un fuerte terremoto, la preocupación sobre el estado de las instalaciones energéticas nucleares en todo el mundo sigue creciendo. EE. UU., donde operan 104 centrales nucleares que generan cerca del 20% de la energía eléctrica, no es una excepción.

Más del 50% de los ciudadanos norteamericanos están en contra de la construcción de nuevas centrales atómicas en el país, según las últimas encuestas. La decisión de construir nuevas centrales nucleares tras unos 30 años de moratoria después del accidente en la planta de Three Mile Island, en el Estado de Pensilvania, fue anunciada por el presidente de EE. UU., Barack Obama, en febrero de este año.

Después del accidente en Fukushima-1 el mandatario estadounidense ordenó a la Comisión Reguladora de la Energía Nuclear (NRC) realizar una revisión exhaustiva de todas las centrales del país, muchas de las cuales usan la misma tecnología y tienen la misma antigüedad que la central nipona averiada.

Otro aspecto alarmante del problema de la energía nuclear en EE. UU. son los desechos radiactivos, decenas de miles de toneladas de los cuales ya superan los volúmenes de los almacenamientos existentes. Actualmente en el país se han acumulado casi 72.000 toneladas de desechos atómicos, y cada año esta cantidad aumenta en aproximadamente 2.200 toneladas.

Tres cuartas partes de los residuos se encuentran en estanques de enfriamiento llenos de agua, como los de Fukushima-1, y algunos analistas dicen que varios estanques del país contienen cuatro veces más desechos de la cantidad prevista inicialmente según su diseño. Otra parte del combustible agotado se está guardando en toneles de almacenamiento secos. Los expertos señalan que se trata de una solución por aproximadamente un siglo, mientras que estos residuos se mantienen activos durante miles de años.

Las autoridades norteamericanas están siguiendo con atención el tema de los desechos de la industria atómica. Así el martes pasado una corte federal escuchó argumentos para frenar los planes de sepultar residuos nucleares en el Estado de Nevada. Y aunque la Casa Blanca ha declarado su oposición a los enterramientos residuales, Estados como Carolina del Sur y Washington, que cuentan con reactores que generan desechos, demandaron al Gobierno federal para reanudar estas actividades.

Los expertos coinciden en que el problema de los residuos radioactivos es “de importancia urgente y de sentido común”. Así, por ejemplo, Samuel Monice, ingeniero nuclear y especialista en seguridad atómica de Carolina del Norte, opina que “en lugar de continuar con la construcción de centrales atómicas, deberíamos enfocarnos en decidir qué hacer con todo el material radioactivo resultante”.

No obstante, en el transcurso de esta semana la autoridad reguladora nuclear estadounidense extendió la licencia para una central ubicada en Vermont que tiene casi 40 años de antigüedad y que ahora podrá funcionar durante otros 20 más. Cabe mencionar que esta planta ha sufrido varios incidentes: en febrero la radiactividad se filtró hasta las aguas subterráneas y en 2007 se derrumbó parcialmente una de las torres de refrigeración.


La coalición lanzó 162 misiles Tomahawk contra Libia en cinco días



Las fuerzas de la coalición internacional en cinco días de la operación Odisea del Amanecer realizaron más de 300 vuelos y lanzaron 162 misiles Tomahawk contra Libia, informó a la prensa un portavoz del Pentágono.

“Hacia la noche del martes, la aviación estadounidense hizo 212 vuelos de combate, y otros participantes de la coalición, 124. Fueron lanzados 162 misiles Tomahawk”, dijo el portavoz. Del total de 336 vuelos sólo 108 se cumplieron para bombardear blancos en Libia, añadió.

El 17 de marzo, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó una resolución que autorizaba imponer una zona de excusión aérea sobre Libia y preveía la posibilidad de realizar una operación militar extranjera para defender a la población contra las tropas de Muamar Gadafi. La operación “Odisea del amanecer”, en que participan 13 países, incluidos Gran Bretaña, Francia, EEUU, Canadá, Bélgica, Italia, España y Dinamarca, comenzó el 19 de marzo.

Según autoridades libias, más de 60 personas perecieron a raíz de los bombardeos del territorio libio por las fuerzas de la coalición. Los países occidentales no confirman esos datos.


Rusia desarrolla nuevo tipo de submarino para aguas costeras



Rusia desarrolla un nuevo concepto de submarinos con turbina de circuito cerrado para aguas costeras, reveló un almirante de la Armada rusa que celebra el próximo sábado el 105 aniversario de su flota de sumergibles.

“Venimos desarrollando un submarino conceptualmente nuevo con turbina de circuito cerrado para operaciones en zonas costeras”, declaró el oficial. Precisó que la mezcla de gas usada en esa turbina no se verterá al medio ambiente, a diferencia de lo que sucede en motores de ciclo abierto, sino que se enviará a la cámara de combustión para generar empuje y mejorar el rendimiento.

El almirante destacó que “esos submarinos podrán permanecer inmersos varias semanas en modo autónomo” y que, a futuro, van a reemplazar a los modelos diesel y diesel-eléctricos aunque también llevarán un motor de este último tipo en plan de reserva.

Afirmó también que la Armada recibirá para 2020 una decena de novísimos submarinos multifuncionales del proyecto 885 Yasen. El submarino insignia de esa serie de cuarta generación, “Severodvinsk”, engrosará el arsenal en el presente año; el segundo, “Kazán”, se está construyendo en los astilleros Sevmash, en el norte de Rusia: y un tercero será puesto de quilla en lo queda de 2011.

El rasgo distintivo de la serie, según el almirante, será un sistema unificado para lanzar cualquier tipo de misiles de crucero, “en particular, contra objetivos terrestres a una distancia de hasta 2.500 Km”.

En cuanto al misil balístico Bulavá que en el futuro será el arma principal a bordo de los submarinos nucleares estratégicos de Rusia, el almirante dijo que se requieren al menos dos pruebas más – un lanzamiento único y otro, dual, desde el submarino “Yuri Dolgoruki” (proyecto Borei) – para que el sistema en su conjunto (sumergible y misil) puedan incorporarse a la Armada.

De los 14 ensayos del Bulavá efectuados hasta la fecha, siete fueron un éxito. El siguiente ensayo tendrá lugar en junio próximo, según afirmó anteriormente Yuri Solomónov, principal creador de este misil.

Un satélite para detectar 'tsunamis' desde el espacio



PARIS ha sido desarrollado por el ingeniero español Manuel Martín-Neira. El sistema de satélites medirá la altura del océano y ayudará a lanzar alertas.

Con 10 satélites PARIS, se podría monitorizar toda la Tierra. Se detectaría la formación de tsunamis en cualquier lugar del mundo. Permitiría avisar a la población con, al menos, 30 minutos de antelación.

Los sismógrafos y las boyas instaladas en el fondo del mar son los únicos instrumentos que en la actualidad permiten alertar a la población con algunos minutos de antelación de la inminente llegada de un tsunami (en el mejor de los casos, la población tiene menos de una hora para ponerse a salvo).

Cuando los sismógrafos registran un terremoto submarino de magnitud superior a 6,5 en la escala de Richter, hay riesgo de que se produzca un tsunami. Automáticamente se lanza una alerta aunque no exista la seguridad de que vaya a llegar a la costa. Sin embargo, en pocos años la tecnología espacial podría mejorar significativamente la predicción de estas devastadoras olas gigantes que han provocado una enorme catástrofe en Japón.

Un proyecto de la Agencia Espacial Europea (ESA) firmado por el ingeniero español Manuel Martín-Neira utiliza la tecnología de los satélites de observación de la Tierra para medir la altura de la superficie del océano. Las aplicaciones potenciales son numerosas pero seguramente la más significativa será la de poder detectar tsunamis con mayor antelación y precisión. El sistema PARIS está en fase de estudio pero podría ser una realidad en 2017 o 2018 si se cumple el calendario previsto para su lanzamiento.

El sistema desarrollado por este ingeniero de radiometría de microondas, que el pasado mes de junio recibió el premio Jaime I en la categoría de Tecnología, fue patentado a principios de los años 90 por la Agencia Espacial Europea, donde investiga. "En aquella época sólo estaba en órbita el sistema de navegación estadounidense GPS y el ruso GLONAS. Conforme pasaron los años, otros países comenzaron a desarrollar sus sistemas de navegación por satélite", explica Manuel Martín-Neira a ELMUNDO.es en conversación telefónica desde Holanda, donde se encuentra el ESTEC ('European Space Research and Technology Centre'), el centro de la ESA en el que trabaja.

Recortes en el programa de Submarinos de la Marina brasileña



Tal como era previsible, en el mismo contexto del reciente ajuste fiscal que afectó al programa FX 2, para adquirir cazas para la FAB, y a la compra de patrulleros oceánicos navales, ahora las reducciones presupuestales afectan significativamente al ambicioso Programa de Construcción de Submarinos(PROSUB), que apunta a ensamblar sumergibles Scorpene/Marlin y al desarrollo nuclear . La cuota anual de este año-que será redirigida a la DCNS y a la Odebrecht, como responsable del astillero en Itajaí- ha sido reducida en un 15% inicial.

Aunque la Marina mantiene intensas negociaciones con el gobierno para reducir estos cortes, los mismos ya son negociados con los propios proveedores. La entrega del astillero y la nueva base naval, en Itaguaí, al sur de Río de Janeiro, continúan previstos para 2015 y 2016, respectivamente, mientras la unidad de estructuras metálicas, a cargo de NUCLEP (Nuclebrás Equipamientos Pesados), firma que el 17 de febrero de este año recibió las primeras láminas metálicas para la fabricación de los submarinos, debería estar lista a fines del 2012, todo ello sujeto a la aprobación de la Comisión Nacional de Energía Nuclear.

La incertidumbre actual, ya está llegando al funcionariado de la Itaguaí Construcciones Navales, empresa resultante de la fusión local del la DCNS la Odebrecht, ya que nuevas contrataciones y viajes de estudio o entrenamiento a Francia, fueron dejados de lado, por el momento. (Javier Bonilla)

La "óptica" de Amanecer de la Odisea







Asia Times Online


Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Amanecer de la Odisea es, por lo menos por el momento, la primera guerra del Africom de EE.UU. El Pentágono, a través del vicealmirante Bill Gortney, disipó cualquier duda cuando subrayó que “el frente dirigente” es estadounidense. El general Carter Ham hace de Homero, desde su cuartel en Stuttgart, Alemania (ningún país africano estuvo dispuesto a recibir Africom). Y Ulises –en lo que parece y suena más como una Ilíada que una Odisea– es el comandante de la Fuerza Conjunta de Tareas Amanecer de la Odisea, almirante Sam Locklear, a bordo del USS Mount Whitney en algún sitio en el Mediterráneo.

Los planificadores de la guerra en la Casa Blanca y el Pentágono apuestan sus “singulares capacidades” a un mini-remix de “conmoción y pavor” de la guerra de Iraq. El problema es que parece que el coronel Muamar Gadafi no está ni conmocionado ni despavorido; podrá estar iracundo –como en su fotografía del martes en el complejo Ban al-Aziziya– pero no se ha venido abajo. Y su régimen contraataca, no se vuelve contra el coronel.

A pesar de todo, Washington proyecta públicamente la ilusión de que se desespera por librarse de esta guerra presentada como “misión limitada”. Pero las comunicaciones están atascadas. Como si a los señores de la guerra les costara, en jerga del Pentágono, hacer la “transición a un comando de la coalición”.

Washington debería haber evaluado su ‘óptica’ antes de evocar a Homero. Olvidad la expansión disimulada de la misión (continua), el fuego amigo (tendrá lugar), el daño colateral (ya ocurrido), el eje del mal (eterno favorito), el nuevo neologismo preferido dentro de Washington es “óptica”. Como cuando tipos militares y expertos estadounidenses se quejan de que la “óptica emocional” de los misiles crucero, más las informaciones de la coalición, recuerdan a todos Iraq 2003. O los temores generalizados sobre la “óptica de librar la guerra” en un país musulmán más.

Ilusiones ópticas

Incluso entre los “aliados”, la “óptica” es positivamente del tipo neurótico apesadumbrado. La OTAN está metida en un lío atroz. Turquía quiere diálogo, no bombas. Alemania está contra una intervención de la OTAN –y subraya que no bastará con sólo bombardear-. Francia –aferrada a la megalomanía neo-napoleónica del presidente Nicolas Sarkozy– quiere mantener la ilusión de que es la que comanda.

Asustado ante la posibilidad de que Francia usurpe su lugar como principal socio comercial de Libia y apresurándose para no permitir que la política mediterránea se dicte en París, el gobierno italiano del compinche de Gadafi, el primer ministro Silvio “Bunga Bunga” Berlusconi, se sumó renuentemente a la “coalición” (y ahora, en privado, Bunga Bunga arruina enconadamente la reputación de Sarko). El gigante energético italiano ENI ha invertido 50.000 millones de dólares en Libia; por lo tanto anhela librarse de Gadafi después de que el coronel amenazó con abrir el petróleo y el gas libio a miembros del BRIC: Rusia, India y China.

Los cuatro principales miembros del BRIC (Sudáfrica es el quinto) pasaron sabiamente por alto toda la Odisea. Brasil pidió un alto el fuego y diálogo. China expresó “profunda preocupación” y advirtió contra un “desastre humanitario”. India dijo “que ninguna potencia extranjera debería interferir” en Libia. Y Rusia, a través del primer ministro Vladimir Putin, descartó la resolución “que permite todo”.

Lo mismo vale para la Unión Africana (UA) de 53 naciones. La UA quiere una solución diplomática. Gadafi tiene numerosos aliados históricos entre los países de la UA. También sirve el hecho de que es el que paga la mayor parte de las cuentas de la UA.

Argelia –que también es miembro de la Liga Árabe– dijo que la intervención es “desproporcionada”. En Chad, el presidente Idriss Deby se mantiene en el poder en gran parte gracias a los bolsillos llenos de Gadafi. Deby devolvió el favor enviando mercenarios y armas a Trípoli. Hay más: si la zona de exclusión aérea no se amplía al sur de Libia (cubre sólo el norte y la costa mediterránea), Gadafi todavía podrá recibir ayuda militar y de personal de Chad, Mali, Níger y Argelia. Los planificadores de Amanecer de la Odisea no se han dado cuenta de que una coalición sin el apoyo explícito de la UA significa que la UA tiene las manos libres para seguir ayudando al régimen de Gadafi.

Y luego está la carne del "kebab" de la coalición –la Liga Árabe-. La orden de Washington a los reyes asediados de Marruecos y Jordania y a los ricos emires de Doha y Abu Dhabi de que se involucren como “aliados” –aparte de la sorprendente ironía de que esos dictadores se presenten como salvadores humanitarios de la democracia– no significa que la Liga Árabe esté comprometida del todo con Amanecer de la Odisea.

Oh, sí. A menos que contemos a los que primero fueron seis, luego fueron cuatro, ahora son sólo dos Mirage 2000 de la Fuerza Aérea de Qatar –más un avión de carga C-17– que iban a ser probablemente desplegados el próximo fin de semana como gloriosa contribución a la “coalición” combatiente de la Liga Árabe

Ninguna fase final

La “coalición” nunca llegó a llegar a agotar “todas las medidas necesarias” para buscar una solución diplomática subrayadas por la resolución 1973 de las Naciones Unidas antes de que el Ulises estadounidense comenzara a disparar Tomahawks contra Libia. Lo que piden todos los países que no están dispuestos a participar, y que por lo tanto no forman parte de la coalición, es esencialmente que un equipo internacional –Liga Árabe, Unión Africana, Naciones Unidas– vaya a Trípoli y negocie un conjunto de medidas: un verdadero alto el fuego, mecanismos para proteger a los civiles y un proceso político que conduzca a elecciones.

Como si no bastara la “óptica” defectuosa, Amanecer de la Odisea no es un éxito total – aparte de haber impedido una hipotética masacre en Bengasi-. Los horribles informes de Zawiya y Misurata hablan de civiles atacados por tanques y vehículos blindados, así como de milicias “irregulares” de Gadafi” en jeeps y camionetas. Esto prueba que la zona de exclusión aérea –que por lo menos significa básicamente un ‘conmoción y pavor’ light– no protege a muchos civiles.

El presidente Barack Obama de EE.UU. parece estar seguro ahora de que ha ajustado con éxito la “óptica”. El sesgo oficial es que Obama, el primer ministro británico David Cameron y Sarko se han puesto de acuerdo en que la OTAN debe jugar “un papel clave” en Amanecer de la Odisea. Como en la proyección de la “óptica” de que no estará a cargo del ala militar de la zona de exclusión aérea, pero acabará haciéndolo (los 28 miembros de la OTAN deben aprobarlo por unanimidad). Una saturación óptica semejante lleva a lo que es obvio desde el comienzo: la “transición” de una “coalición de los tres dispuestos” (EE.UU., Gran Bretaña y Francia) a una guerra de la OTAN.

Si el Pentágono aplicara realmente sus legendarias “singulares capacidades”, reduciria el régimen de Gadafi a escombros en minutos. Pero se trata de una “misión limitada” realizada por una “coalición”, no de un “cambio de régimen”, aunque es exactamente lo que quieren el presidente, los europeos y la mayoría de los dictadores árabes. Y hablan de una alerta roja “óptica”.

El establishment de Washington está radiante porque por primera vez “el público árabe” apoya una intervención estadounidense. Cuidado con la “óptica” que se escoja. El “público árabe” también hace la conexión de que si Gadafi dispara contra su propio pueblo y luego es bombardeado por Occidente, ¿por qué no les pasa lo mismo a los dictadores de Yemen y Bahréin? El “público árabe” también es capaz de identificar claramente los métodos que utilizan Washington y los europeos para tratar de apropiarse de la gran revuelta árabe de 2011.

Por el momento, con tanta “óptica” difusa, ningún think tank se atreve a predecir lo que inventará la “coalición” si ninguna zona de exclusión aérea detiene a Gadafi. Armar a los variopintos, pero muy valerosos y ultra-motivados, “rebeldes” –lo que ya está sucediendo– tiene la autorización de la Resolución 1973 de la ONU. Washington, Londres y París rezan para que los rebeldes puedan pasar pronto de la defensa al ataque, marchar sobre Trípoli, derrocar al tirano y ofrecer a todos un final al estilo de Hollywood.

No será así. El consejo de transición de Bengasi pidió una zona de exclusión aérea –no una intervención extranjera-. Lo que Amanecer de la Odisea provee es sobre todo fuertes bombardeos sobre Trípoli, al otro lado del país. La gente de Trípoli está empezando a ver esto como el comienzo de una nueva guerra colonial. Esto significa que una transición política post Gadafi posiblemente no podrá ser pacífica. De un modo perverso, Amanecer de la Odisea está colocando el fundamento para la partición de Libia. Surge amenazadoramente la balcanización.

Cualquier analista militar decente que valga su whisky con hielo sabe que nadie gana una guerra desde el aire. El afán humanitario es una cortina de humo (¿por qué Libia y no Yemen, Bahréin o Gaza?). Se parece más a un nuevo teatro de operaciones bélicas en la zona que los orientalistas denominan MENA Medio Oriente y Norte de África), una Odisea deformadam, sin fase final y sin fin a la vista. ¡Visto y no visto!

Pepe Escobar es autor de “Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War” (Nimble Books, 2007) y “Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge”. Su último libro es “Obama does Globalistan” (Nimble Books, 2009). Puede contactarse con él en:pepeasia@yahoo.com.

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