El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, ha llegado al Líbano para una visita de dos días y ha sido recibido en la capital, Beirut, por miles de personas que ondeaban banderas del Líbano e Irán y fotos del mandatario.
Ahmadineyad llegó a las 09.00 hora local (10.00 hora española) al aeropuerto internacional Rafic Hariri de Beirut, en el que fue recibido por el jefe del Parlamento libanés , Nabih Berri, ministros y diputados del grupo chií Hizbulá.
Desde el aeropuerto, donde la gente había empezado a reunirse a primeras horas de la mañana, el presidente iraní se dirigió en un coche descapotable al palacio presidencial. Allí el jefe de Estado libanés, Michel Suleiman, le hará un recibimiento oficial.
A bordo del todoterreno en el que se desplazó, Ahmadineyad saludó a las personas que se agolpaban a ambos lados de la carretera y en los puentes, y le lanzaban flores y le coreaban gritos de bienvenida.
La visita de Ahmadineyad ha provocado sentimientos encontrados y, frente a la alegría despertada en muchos, especialmente la comunidad chií libanesa, otros la ven con reservas.
Poco antes de su llegada, unos 250 intelectuales le instaron en una carta publicada en la prensa a que deje de considerar al Líbano como una avanzadilla en su "batalla universal" contra Israel y los EEUU, y le advirtieron sobre el peligro de crear un "problema chií".
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