Elías L. Benarroch
Jerusalén, 18 oct (EFE).- Los ejércitos de EEUU e Israel emprenderán en los próximos días sus maniobras conjuntas de mayor envergadura hasta ahora, en un ejercicio de tres semanas en el que participarán miles de militares y que ambos países tratan de distanciar del programa nuclear de Irán.
Una parte de las fuerzas estadounidenses que intervendrán en el Austere Challenge 12 se encuentran ya en Israel, confirmaron a Efe fuentes militares, que declinaron revelar cuándo se iniciarán los ejercicios.
La reserva con la que ambos países tratan el tema se debe al temor de que las maniobras sean malinterpretadas por Irán.
"La Austere Challenge 12 contempla escenarios teóricos, no está relacionada con eventos reales en el mundo", aseguró el miércoles en una tele-conferencia con los periodistas el teniente general Craig Franklin, comandante de la Fuerza Aérea estadounidense en Europa, que llegará la próxima semana a Israel para dirigir la operación.
En un mensaje homologado por ambas partes transmitido a Efe, los mandos a cargo del ejercicio han desmentido categóricamente las informaciones acerca de que las comúnmente conocidas como "AC12" simulen operaciones de defensa contra un ataque con miles de cohetes contra territorio israelí por parte de Irán y de sus aliados en la región, el libanés Hizbulá y el palestino Hamás.
Se trata del escenario más funesto que la Inteligencia israelí prevé en caso de que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, dé finalmente la orden de bombardear las instalaciones nucleares de Irán, una opción que, tras meses de amenazas verbales, parece haber quedado en el aire por las oposición de EEUU y la reciente convocatoria de elecciones anticipadas en Israel.
El general de brigada israelí Nitsán Nuriel, a cargo de su organización, explicó que los ejercicios contemplarán un escenario de "amenazas desde todos los frentes" y que "cada uno puede sacar (de ellas) el mensaje que quiera".
"Es un mensaje claro de que trabajamos juntos y de que juntos podemos conseguir más y, a partir de ahí, que cada uno saque su propia conclusión", abundó sobre la interpretación que se ha dado al alcance del ejercicio.
Más de un millar de militares estadounidenses participarán en las maniobras desde territorio israelí y otros 2.500 lo harán desde sus bases en Europa y barcos de guerra en el Mediterráneo, con un coste global de unos 30 millones de dólares (23,5 millones de euros) para el erario estadounidense.
"Cuando concluyan, todas las tropas estadounidenses abandonarán Israel", aseguró el teniente general Franklin para disipar otras conjeturas, como el que las maniobras sean la tapadera para un ataque conjunto contra Irán.
Acordadas hace dos años, las AC12 se desarrollarán en el más absoluto secreto -ninguna de las partes revela ni fechas ni lugares- e incluirán la homologación de todos los sistemas antiaéreos que constituyen el paraguas conjunto de protección de Israel en la eventualidad de sufrir un ataque masivo con cohetes.
En el epicentro de los simulacros están el sistema contra misiles balísticos Aegis y los cohetes Patriot estadounidenses, a los que Israel incorporará los radares de sus baterías anti-misiles Arrow e Iron Dome, entre otros sistemas.
Cada día se disparará una "salva" -término ambiguo que no revela si será uno o más cohetes- para calibrar y homologar todos los sistemas de alerta, detección e interceptación de misiles enemigos.
Las AC12 debieron haberse celebrado la pasada primavera con una duración y envergadura mayor que la actual, pero fueron aplazadas a petición de Netanyahu -para sorpresa del Ejército israelí- cuando el volumen de las amenazas con Irán fue cobrando fuerza.
De los treinta días previstos en un principio las maniobras han sido acortadas a algo más de tres semanas y los 5.000 militares estadounidenses reducidos a poco más de mil por decisión de Washington a finales de agosto.
Fuentes militares de los dos países restaron importancia a esa decisión arguyendo que lo que se ha reducido es el número de militares en suelo israelí.
El Ejército israelí, que gastará en las maniobras unos 8 millones de dólares (unos 6,2 millones de euros) reconoce la importancia que el ejercicio tiene para su país como "hito" en las relaciones estratégicas bilaterales y lo interpreta como "un paso más para fomentar la estabilidad regional".
Ambos países suelen realizar ejercicios conjuntos cada dos o tres años dentro del "firme compromiso de Estados Unidos con la seguridad de Israel", a decir del comandante Franklin.
Los últimos de defensa antiaérea fueron "Juniper Cobra" en 2010, pero los avances tecnológicos hacen necesario recalibrar los sistemas, según ambos ejércitos.
Entre los nuevos sistemas que serán incorporados están los nuevos Patriot y el israelí Iron Dome, que no estaban plenamente operativos hace dos años. EFE
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