Dos son los factores claves que determinan el buen posicionamiento de Navantia para resultar ganador del concurso de un buque de proyección estratégica para la Armada turca y por los que la empresa española tiene depositadas grandes esperanzas en que la resolución final les sea favorable. Por una lado, frente a las ofertas presentadas por las otras empresas que concurren a esta licitación, sólo la oferta española cuenta en servicio con un buque como el que se licita, el LHD “Juan Carlos I” de la Armada española, amén de dos en construcción para Australia, lo que marca una innegable ventaja frente a las propuestas de la competencia, que hoy no son más que diseños en papel propuestos a Turquía.
En junio de 2011, el LHD “Juan Carlos I” recalaba en Estambul, coincidiendo con un crucero de resistencia del barco por el Mediterráneo, lo que permitió a responsables de Defensa del país y a los mandos de la Armada conocer in situ las capacidades del buque estrella de la Armada española, unidad anfibia similar a la que aspiran para su marina.
Este factor fundamental se une a un segundo a tener en cuenta con vistas a la decisión que adopte el ejecutivo turco, a saber: el buen posicionamiento en el país del socio local con el que Navantia concurre a la licitación, los astilleros turcos Sedef, que actúan como contratista principal porque así lo definen las especificaciones del concurso. Se trata de un socio de reconocida solvencia en el país , perteneciente al holding Turkon, propiedad de la familia Kalkavan, y por ende un buen candidato para acometer este proyecto frente al resto de alternativas, donde, no obstante, cabría resaltar las capacidades del holding Koç, también presente en el concurso. Los terceros en este tablero son los armadores Kaptanoglu, asociados igualmente a empresas extranjeras para alzarse con un contrato cuyo valor se estima en 3.000 millones de dólares.
Según Navantia, tras no adoptarse el pasado diciembre la decisión final, como inicialmente estaba previsto, ésta se espera de manera inminente. De ganar la licitación el consorcio turco-español, la construcción del buque se llevaría a cabo en los astilleros de Sedef, en Tuzla, asumiendo Navantia el diseño y asistencia técnica, así como de la fabricación de determinados equipos como motores, turbinas y distintos sistemas.
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