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jueves, 26 de marzo de 2009

ANALISIS


Moscú, 26 de marzo, RIA Novosti. La crisis será "una pista de despegue" para la industria aeronáutica de Rusia, opina Alexei Fiódorov, jefe de la corporación OAK que agrupa a las principales empresas del sector. Los aviones MiG-35, Su-35 y el nuevo caza pesado de quinta generación podrán salvarlo, declaró el empresario en una entrevista publicada hoy en el periódico Vedomosti.

Rusia necesita también crear un caza ligero de quinta generación pero "los recursos son limitados", por lo cual se tomó la decisión de "centrarse antes que nada en un caza pesado", afirmó Fiódorov al agregar que EEUU fue por el mismo camino cuando desarrolló primero el modelo F-22.

Los aviones comerciales fabricados en Rusia "son inferiores en algunas características a los occidentales, sobre todo, en lo que concierne al rendimiento del motor", admitió el jefe de OAK. Este retraso se remonta a los tiempos soviéticos y se agravó en la década del 90, cuando la industria aeronáutica rusa se quedó "sin recursos, sin un mercado políticamente garantizado y sin el apoyo por parte del Estado".

"Puede que nuestros diseñadores sean los más inteligentes del mundo pero la base de investigación fue degradando, nos quedamos a la zaga en cuanto a los métodos modernos del desarrollo y no activamos los mecanismos de mercado en la industria aeronáutica civil", reconoció.

La posición de diversas empresas que integran OAK es bastante variada. Las que afrontan mayores dificultades son la planta aeronáutica de Kazán - KAPO - y el grupo MiG. Ambas entidades están en la fase de incorporación a OAK cuyas deudas ahora "son equiparables al volumen de ventas". En 2008, la corporación vendió 50 aviones por valor total de 85,2 mil millones de rublos pero todavía no hay cifras de rentabilidad.

La devaluación del rublo, a juicio de Fiódorov, "contribuirá a elevar un tanto los márgenes, puesto que la mayor parte de contratos de cooperación técnica militar es en dólares". En cuanto a la aeronáutica civil, "la única manera de mejorar cardinalmente los indicadores financieros es lanzando nuevos productos".

El presidente de OAK piensa que los rivales de su empresa - Boeing y Airbus - se encuentran actualmente en una situación mucho más difícil porque "la crisis les pilló cuando estaban en alza". "Nosotros, en cambio, rondábamos cero, de modo que no tenemos hacia dónde bajar". "La crisis, en nuestro caso, es más bien una pista de despegue, pues la estrategia de OAK contempla incrementar el ritmo de la producción a partir de 2011".

Boeing y Airbus, en su opinión, mantendrán sus posiciones después de la crisis pero también podría aparecer un tercer jugador global. "Tal vez, será Rusia, tal vez, China, tal vez, surgirá gracias a los proyectos conjuntos entre estas dos", dijo.

Hacia 2016, OAK pretende lanzar al mercado el nuevo avión de pasajeros MC-21, "el proyecto más ambicioso" que el grupo Irkut desarrolla en cooperación con otras empresas de OAK. El plan contempla la venta de 1.000 máquinas pero la inversión se volverá rentable cuando se hayan vendido las 200 primeras.

El primer lanzamiento importante que espera a OAK es el nuevo avión de rutas regionales Sukhoi SuperJet 100. Su primer vuelo en público será en verano próximo, en el marco del Salón Aeroespacial de Le Bourget, en Francia, y la primera entrega de estas máquinas a la aerolínea nacional de Rusia, Aeroflot, está prevista para finales de este año, recordó el jefe de OAK.

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