Las guerras cambiarias amenazan a la economía global e insta a los países a cooperar para solucionar el problema, señaló el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Straus-Kahn citado por el diario estadounidense The Wall Street Jou rnal.
El FMI es el foro apropiado para conseguir resultados positivos en las fricciones cambiarias actuales, incluyendo lograr que las reuniones anuales del Fondo y el Banco Mundial. Y que China aprecie su moneda subvaluada, dijo Strauss-Kahn al comienzo de las reuniones anuales entre ambos organismos que se llevan a cabo entre el 8 y 10 de octubre.
"Muchos consideran su moneda como un arma y ello ciertamente no es bueno para la economía global", señaló Dominique Straus-Kahn citado por el rotativo.
Si bien entiende las devaluaciones competitivas, "no significa que en el mediano plazo no debamos tratar de evitar movimientos y cambios en el valor de la moneda porque afecta el reequilibrio", indicó.
Para que eso cambie se precisa un "reequilibrio" que lleve a países deficitarios como Estados Unidos a depender menos del consumo y más del sector exterior y a otros que gozan de superávit como la República Popular a motivar su demanda doméstica.
El director del FMI destacó que la entidad que representa necesita elaborar una "iniciativa de estabilidad sistémica" para alcanzar un consenso internacional sobre las políticas cambiarias globales.
El miércoles pasado, el secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner básicamente acusó a la potencia asiática de desencadenar una guerra cambiaria mundial, en la que los países devalúan sus monedas, debido al lento ritmo de avance del yuan hacia un tipo de cambio basado en el mercado.
Japón, Corea del Sur y Brasil han devaluado también sus divisas en las últimas semanas.
Tomando en consideración la frágil y desigual reestructuración económica, agravada por la crisis de deuda soberana de Europa y la escasez de empleos, los países con espacio fiscal necesitarían postergar sus planes para ajustar sus presupuestos.
"Necesitamos grandes mejoras en la supervisión global", dijo, y llamó al riesgo de dejar vacíos en un sistema desarrollado en distintas partes del mundo como "las semillas para la próxima crisis".
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