El hijo menor del gobernante vigente de Corea del Norte, Kim Yong-il, ha sido aceptado por el pleno del Congreso Nacional del Partido de los Trabajadores y por la Asamblea Popular Suprema como el heredero oficial de su padre. Kim Jong-un así se llama sucederá a su padre en los cargos del secretario general del partido, del presidente de la Comisión Nacional de Defensa y el comandante-en-jefe del Ejército.
Uno de los funcionarios norcoreanos de alto rango, el vicepresidente de la Asamblea Yang Hyong-sop, comprobó en su comentario oficial a la agencia de información AP el nivel oficial de la decisión. “Nuestro pueblo está orgulloso que los destacados líderes lo llevan a la felicidad de una generación en otra —dijo él.— Le cayó el honor de servir al gran presidente Kim Yong-il, así como al gran caudillo Kim Il-sung. Ahora tendremos el honor de servir al joven general Kim Yong-un”.
La ideología Juche que domina el pueblo norcoreano, fusionando el estalinismo con el militarismo y con la cultura tradicional coreana, admite la herencia del poder del padre al hijo, porque, según la versión oficial, “no es posible alcanzar a todos los fines de la revolución durante la vida de una sola generación”.
Antes había muchísimas señales que apuntaban a Kim Jong-un como el más probable sucesor de su padre. Su crecimiento brusco en la jerarquía del partido gobernante norcoreano empezó desde enero de 2007, cuando éste sólo tenía 24 o 25 años (no se declara por razones desconocidas la fecha exacta de su nacimiento). A finales de septiembre su padre como jefe de Estado le designó general del Ejército, lo que equivale a cuatro estrellas en la tabla de grados militares europeas, y vicepresidente de la Comisión Militar Central del Partido de los Trabajadores norcoreano, la que preside el propio Kim Jong-il.
Según los primeros comentarios al alcance, la noticia de la promulgación oficial del heredero no produjo sorpresa ni en las naciones vecinas del régimen de Pyongyang, ni en Estados Unidos que participan muy intensamente en la vida y la seguridad de Corea del Sur. El jefe del Departamento de Defensa estadounidense, Robert Gates, señaló al respecto que “desde hace bastante tiempo hemos estado viendo indicios de que la sucesión en Corea del Norte estaba moviéndose en esa dirección”.
En estos días la gente sale a la calle con pancartas (o mejor dicho 'retablos') que representan a toda la 'trinidad' de los líderes nacionales: el padre —Kim Il-sung— y el hijo, y el nieto. Se inauguró un maravilloso festival de flores en Pyongyang, dedicado al 65º aniversario del Partido de los Trabajadores. Un lugar honesto en los vergeles y los ramos decorativos que se exhiben en todas partes, lo ocuparon las orquídeas de las variedades 'Kimilsungia' y 'Kimjongilia' de la selección indonesa.
Para colmo, el país movilizó e instruyó a 20.000 soldados para un desfile militar sin precedentes en la plaza central capitalina en conmemoración del mismo aniversario del partido gobernante. La agencia surcoreana, Yonhap, supuso que Kim Jong-un podría asistir al desfile de mañana al lado de su padre para demostrar a la nación quién la gobernará, siguiendo las tradición revolucionaria en caso de una enfermedad o fallecimiento de Kim Jong-il, cuya salud está considerada como muy débil al lado sureño de la frontera menos transitable del mundo contemporáneo.
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