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lunes, 29 de noviembre de 2010

SEÚL PROMETE QUE PYONGYANG PAGARÁ POR CUALQUIER NUEVO ATAQUE



Las autoridades surcoreanas advierten a las de Corea del Norte de responder ante futuras provocaciones y refuerzan aún más la defensa a lo largo de la frontera en el Mar Amarillo (Mar Occidental), donde se están llevando a cabo las maniobras navales conjuntasentre Estados Unidos y Corea del Sur.

El presidente surcoreano, Lee Myung-bak, calificó de "crimen inhumano" el ataque contra la isla fronteriza de Yeonpyeong que fue cometido hace una semana por parte de militares norcoreanos y que causó cuatro muertos y una veintena de heridos. Además, prometió que el estado vecino "pagará" por cualquier acción semejante y declaró "zona de control" militar a la isla, concediendo al Ejército el poder de prohibir la entrada a civiles al lugar y de ordenar su desalojo cuando fuera necesario.

También el Gobierno denegó prácticamente la propuesta china de convocar una reunión de emergencia de los países que participan en el diálogo a seis bandas (las dos Coreas, EE. UU., China, Rusia y Japón) para abordar esta nueva crisis. Según la declaración del Ministerio de Exteriores, esta iniciativa "debe ser examinada detalladamente", pero en cualquier caso para realizarla, primero hay que crear las "condiciones favorables" que podrían garantizar el progreso en esta cuestión.

Cabe recordar que el pasado 23 de noviembre las relaciones entre las dos Coreas -que habían empeorado últimamente- derivaron en el conflicto bélico. De acuerdo con Seúl, aquel día el Ejército norcoreano abrió fuego contra Yeonpyeong, poblada por 1.700 personas. Por su parte, Pyongyang insistió en que el país vecino atacó en primer lugar las posiciones militares norcoreanas lo que fue recibido con contrafuego.

En medio de la tensión, Estados Unidos y Corea del Sur iniciaron hoy su segundo día de maniobras que se realizan cerca de las islas de Eocheong y Gyeokryeolbiyeol, y en las que participan además del portaaviones estadounidense George Washington, una decena de navíos de guerra.

Las autoridades norcoreanas calificaron esta acción como "provocación" y advirtieron sobre sus consecuencias impredecibles en el caso de que se violen sus fronteras marítimas. Señalaron que con esta "demostración de fuerza" los surcoreanos podrían llevar a la península de Corea "al borde de la guerra".

Según algunos datos, Corea del Norte ya ha desplegado misiles tierra-aire en su costa occidental, con un alcance de entre 13 y 30 kilómetros, y sus posiciones artilleras se mantienen en estado de combate.


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