La cooperación de Rusia y la OTAN en Afganistán es un punto importante de ella. Ambos están interesados en la aceleración del proceso de estabilización en ese país. El tránsito de regreso facilita el cumplimiento de las tareas planteadas allí ante los militares de la OTAN. Sin embargo, los expertos advierten que ese torrente de cargas puede entrañar una gran amenaza, tanto para Rusia como para Europa. Pues, en los contenedores, con la apariencia de carga no letal podría ir heroína afgana. Controlar ello, no obstante las afirmaciones de los funcionarios de la OTAN, no será sencillo. El orientalista ruso Serguei Demidenko lo explica así:
-Estoy seguro de que será un canal de suministro de drogas a Rusia y después a Europa. Porque ese es un enorme negocio. En ello están involucrados los mas altos funcionarios y altos rangos afganos, y no se descarta que representantes del contingente militar de la OTAN también.
Si se toma en cuenta que el consumo de la heroína en el mundo no se reduce, no obstante los esfuerzos de los departamentos antidrogas de muchos países, este nuevo canal de suministros no hará mas que agravar la situación. Solo en Rusia, el consumo de opiáceos afganos creció en los últimos años en diez veces. Serguei Demidenko agrega:
-Es necesario ofrecer algo a los afganos de cambio, alternativas económicas que puedan salvarlos de la pobreza. Esto no lo han estudiado los norteamericanos, que controlan la dirigencia afgana. Deben ser desplegados esfuerzos internacionales de conjunto y elaborado un programa de largo plazo.
Rusia está elaborando medidas propias para reducir el consumo de drogas. Se propone crear la responsabilidad de policía antidrogas y resurgir en el país los cultivos de amapolas y del cáñamo, lo que bloquearía los suministros de sustancias narcóticas, con la apariencia de la importación de camelia para confitería.
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