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miércoles, 21 de diciembre de 2011

LOS PROVEEDORES DE ARMAS DEBEN INTERRUMPIR LAS TRANSFERENCIAS AL EJÉRCITO EGIPCIO

Índice AI: PRE01/636/2011

Los proveedores mundiales de armamento deben suspender la transferencia de armas pequeñas, municiones y otros instrumentos de represión al ejército y las fuerzas de seguridad egipcias, ha afirmado hoy Amnistía Internacional después de que el ejército volviera a dispersar violentamente las manifestaciones en El Cairo.
La organización ha condenado el uso excesivo de la fuerza contra manifestantes y ha pedido el cese de todas las transferencias a Egipto de armas pequeñas y ligeras, municiones y equipos asociados, así como la interrupción de toda transferencia de material de seguridad interna susceptible de ser utilizado para reprimir con violencia los derechos humanos, como gas lacrimógeno, balas de goma y plástico y vehículos blindados.
“No se puede seguir admitiendo que se suministre al ejército egipcio armamento, munición y otros materiales como los que se están empleando para perpetrar los brutales actos que hemos visto contra los manifestantes” ha afirmado Hassiba Hadj Sahraoui, directora adjunta del Programa de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África.
“Es evidente que, o la policía militar ha recibido órdenes de disolver las manifestaciones a cualquier precio, o el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas no controla al ejército y las fuerzas de seguridad. Cualquiera de las dos posibilidades es igualmente preocupante.”
Según el Ministerio de Salud egipcio, al menos 11 personas han muerto y varios cientos han resultado heridas desde el viernes 16 de diciembre.
Se ha detenido y remitido a la fiscalía a 300 personas como mínimo, entre ellas al menos 11 mujeres y numerosos niños y niñas hasta de 10 años de edad. Unas 50 personas más estuvieron varias horas detenidas antes de quedar en libertad. Según informes, todas sufrieron palizas y a las que siguen bajo custodia no se les presta asistencia médica.
La violencia comenzó al presentarse personal militar para disolver una sentada ante la sede del Consejo de Ministros, quemando tiendas de campaña, golpeando a los manifestantes con palos y neumáticos y lanzando piedras y objetos afilados. Las fuerzas armadas llegaron a utilizar munición real y escopetas contra los manifestantes.
Amnistía Internacional asegura que las imágenes de vídeo disponibles, en las que se ven fuertes y prolongadas palizas, demuestran que la policía militar ha hecho uso excesivo de la fuerza gratuitamente con el fin de castigar a los manifestantes y no de mantener el orden público.
Un vídeo que circula por Internet en el que se ve a la policía militar arrastrando a dos mujeres por el suelo, a una de las cuales le habían arrancado la ropa, y después dándoles fuertes golpes y pisando sus cuerpos, ha provocado indignación generalizada.
“El ejército, que ha adoptado una actitud paternalista con las mujeres desde que asumió el poder, ha infligido trato humillante y degradante a las mujeres manifestantes de manera selectiva. La finalidad de tales actos es disuadir a las mujeres de manifestarse” ha afirmado Hassiba Hadj Sahraoui.
“Por desgracia, están en la misma línea que las ‘pruebas de virginidad’ forzosas impuestas por las fuerzas armadas a mujeres manifestantes anteriormente en el año.”
Periodistas y otras personas que grababan los hechos han sido objeto de ataques por las fuerzas de seguridad y el ejército. Según Amnistía Internacional, tales ataques parecen formar parte de un intento del Consejo Supremo de retratar a los manifestantes como alborotadores y evitar que se documenten los abusos cometidos por el ejército.
El Consejo Supremo ha elogiado la labor del ejército y atribuido la culpa de la violencia actual a los manifestantes, calificándolos de matones y vándalos que han provocado al ejército y las fuerzas de seguridad atacando sedes gubernamentales.
Un oficial del ejército egipcio propuso que se quemara en hornos de Hítler a los manifestantes concentrados ante la sede del Consejo de Ministros. Amnistía Internacional ha señalado que no cabe interpretar estas declaraciones sino como una licencia concedida al ejército y las fuerzas de seguridad para cometer abusos.
Con los acontecimientos de este fin de semana, ya es la tercera vez que una protesta pacífica tiene consecuencias mortales desde octubre, y el número total de muertos en las protestas desde entonces se eleva a 84 como mínimo.
A principios de octubre, una protesta contra la discriminación religiosa convocada en El Cairo se transformó en un baño de sangre en el que al menos 28 personas perdieron la vida, entre ellas un soldado. Los cadáveres de las víctimas presentaban heridas de bala y partes del cuerpo aplastadas como consecuencia de su arrollamiento intencionado con vehículos militares.
Al menos se dio muerte a 45 personas en noviembre, en una campaña de represión de las protestas en El Cairo y Alejandría. Según informes, los cadáveres depositados en la morgue de El Cairo presentaban heridas de munición real en la cabeza y el pecho, incluidas balas de escopeta.
El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas ha prometido llevar a cabo investigaciones sobre estos casos, pero hasta la fecha no se ha dado a conocer públicamente ninguna conclusión.
Anteriormente en el mes, Amnistía Internacional publicó información que demuestra que Estados Unidos ha transferido munición repetidamente a Egipto a pesar de la violenta campaña de represión de las fuerzas de seguridad contra los manifestantes.
“Es positiva la condena internacional de las acciones del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, pero, más que palabras, ahora son necesarias acciones concretas de los socios internacionales de Egipto para detener los abusos” ha afirmado Hassiba Hadj Sahraoui.
“No basta con aguardar los resultados de las propias investigaciones del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas sobre las muertes de manifestantes, o de otra índole. Sus aliados deben tomar medidas para acabar con ello de una vez por todas.”
Región Oriente Medio y Norte de África

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