Mónica Bernabé | Actualizado domingo 30/09/2012 17:42 horas
Estados Unidos ha llegado este domingo al techo de las 2.000 bajas militares en casi 11 años de guerra en Afganistán, según fuentes oficiales. La intervención norteamericana en el país asiático empezó el 7 de octubre de 2001. La víctima número 2.000 ha muerto por 'fuego amigo', y no enemigo. Un soldado afgano le disparó en la provincia de Wardak, a escasos kilómetros al suroeste de Kabul. Los ataques internos por parte de las fuerzas de seguridad afganas se han convertido en una de las principales amenazas de las tropas internacionales. Este año ya han fallecido más de 50 militares extranjeros en este tipo de ataques. Algunos son debidos a la infiltración de talibán en las fuerzas de seguridad afganas, a causa del escaso control en el proceso de reclutamiento. Hasta hace pocas semanas, un afgano podía alistarse en el Ejército afgano con una simple carta de recomendación del líder de su comunidad. No se comprobaba su trayectoria, ni se profundizaba mucho más en su perfil. En otras ocasiones, los ataques son a causa de malos entendidos entre las fuerzas afganas y las internacionales. El nuevo ministro afgano de Defensa, Bismillah Mohammadi, culpó el pasado martes a las tropas de la OTAN de desconocer la cultura afgana. "He hablado con oficiales estadounidenses y les he pedido que respeten nuestra cultura, porque las cosas que sus militares hacen no sólo incitan al enemigo, sino a mis propios soldados y al presidente afgano", declaró el ministro en el Parlamento. El soldado estadounidense fallecido que ha elevado las bajas militares estadounidenses a 2.000 murió el sábado a las cinco de la tarde -dos horas y media menos en la Península- en un control militar situado a las puertas de una base conjunta afgano-estadounidense en el distrito de Sayed Abad, explicó el portavoz del gobernador provincial de Wardak, Shahidullah Shahid. "Informes iniciales indican que hubo algún mal entendido entre los soldados afganos y los estadounidenses", añadió. En el ataque también perecieron un trabajador civil norteamericano y otros dos soldados afganos. No ha quedado claro si el agresor fue detenido. Estados Unidos es el país que ha pagado una factura humana más elevada desde el inicio de la guerra en Afganistán. Le sigue el Reino Unido, con 433 fallecidos; y Canadá, con 158
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