NUEVA YORK.- El secretario general adjunto encargado de asuntos políticos de Naciones Unidas, Jeffrey Feltman, dio cuenta ante el Consejo de Seguridad de la situación en Siria.
Según diplomáticos que sistieron a la reunión, Feltman comunicó “informaciones creíbles” sobre el empleo de bombas de racimo por el ejército sirio, que “intensificó sus incursiones aéreas” sobre posiciones controladas por los rebeldes.
ONG como Human Rights Watch acusaron estas últimas semanas a la Fuerza Aérea siria de bombardear con artefactos de fragmentación localidades del norte del país, lo cual fue desmentido por Damasco.
Las bombas de fragmentación, que diseminan sus municiones en una amplia superficie, son particularmente letales para los civiles, incluso mucho después de concluido un conflicto.
Siria no ratificó la Convención sobre ese tipo de artefactos, adoptada en 2008 por 107 estados y que prohíbe la producción, el almacenamiento, el traslado y el empleo de este tipo de armas y prevé la destrucción de los arsenales existentes.
Feltman dijo también que los rebeldes sirios “podrían estar en posesión de armamentos más perfeccionados”, sin precisar de cuáles se trataría.
El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov, afirmó por su lado este martes en Amán que las fuerzas de la oposición armada al gobierno de Bashar al Asad disponen de 50 misiles antiaéreos portátiles Stinger que pueden destruir aviones y helicópteros.
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