"Aunque algunas publicaciones han dicho lo contrario, no presenta problemas", cuenta el capitán de corbeta Jorge Bastías, jefe de la división de servicios informativos de la Marina, en alusión a la infinidad de historias que circulan sobre la base naval de la Octava Región, y que según lo que escuetamente ha reconocido esta propia rama de las Fuerzas Armadas sufrió "daños millonarios y enormes".
Lo que si es totalmente cierto es que el "Carrera" las vio negras con el tsunami que afectó a esa zona después del terremoto,el pasado sábado 27 de febrero, y que se salvó de sufrir desperfectos mayores gracias a una increíble y heróica acción de dos marineros: el sargento segundo Héctor Balladares de 39 años (con 22 en la institución) y el cabo primero José Muñoz, de 31.
Esa Madrugada, cuando las olas golpeaban a las embarcaciones atracadas en la Isla Quiriquina, el submarino "O´Higgins" alcanzó a salir a capear las marejadas, pero el "Carrera", adquirido el año 2005 y cuyo valor se empina por sobre los 450 millones de dólares, no pudo.
En ese minuto Balladares y Muñoz, que no pertenecen a la tripulación del sumergible, abordaron la lancha remolcadora "Fueguino", de escasos 4,5 metros de eslora y una capacidad para cinco personas, y estuvieron hasta el amanecer, más de dos horas, apuntalando al "Carrera" por un costado y por otro, empujandolo y acomodandolo para que no se golpeara contra el muelle ni contra otra nave.
"Fue tan arriesgado lo que hicieron que en un momento el mar incluso se recogió y ellos tocaron fondo con su lancha, pero en vez de huir esperaron a que el agua recuperara su nivel para seguir empujando al Carrera a un lugar seguro", destaca Bastías.
the Snorkel
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