Andrei Fediashin, RIA Novosti.
El 14 de abril, el presidente de Rusia realiza el primer viaje oficial a Argentina en toda la historia de relaciones bilaterales entre ambos países que existen desde hace ya 125 años. Sería injusto afirmar que Rusia se olvidara de Argentina desde 1885, aunque, de hecho, Moscú y Buenos Aires no mantuvieron relaciones de 1917 a 1945. La cooperación bilateral se incrementó a partir de 1945, cuando la URSS empezó a comprar carne y cereales en Argentina, el mayor productor y exportador de carne vacuna en aquella época. Hoy día, este país se trasladó al cuarto puesto en el listado de exportadores, adelantado por EEUU, China y Brasil. Al llegar a Argentina, es imposible desaprovechar la oportunidad de discutir problemas relacionados con carne y probar famosos bifes argentinos. El presidente ruso tampoco habría que renunciar a hacerlo, por lo menos, para no ofender a la mandataria argentina, Cristina Fernández de Kirchner. La exportación de carne bovina es de gran importancia para Argentina, igual que las exportaciones de petróleo o gas para Rusia. El consumo de carne de vaca per cápita en Argentina (75 kilogramos al año, según los datos de 2009) es mayor que en EEUU (47 kilogramos al año). El país con 40 millones de habitantes dispone de 51 millones de cabezas del ganado bovino. El número de estas cabezas podría ser más, si no se hubieran realizado continuos experimentos económicos y si no hubieran azotado al país sequías pertinaces y crisis financieras. Resulta que los actuales niveles de producción de carne no pueden abastecer el mercado interno, los precios suben y en reiteradas ocasiones el gobierno impone embargo sobre las exportaciones de carne para ralentizar la inflación. En 2009, por ejemplo, los precios de la carne bovina subieron un 40%. Las plantas de productos cárnicos de Rusia elaboran del 25 al 30 por ciento de carne argentina, lo que lleva implícita la subida de los precios también en Rusia. En 2009, el país eurasiático importó unas 110.000 toneladas de carne argentina. Es un 33% de las importaciones nacionales de carne, sólo Brasil suministra más. Cabe decir que Moscú y San Petersburgo satisfacen un 90-95% de sus necesidades de carne con productos importados. Cuando Argentina impone nuevo embargo, los precios de carne en Rusia suben un 10% o 15%. Según dicen los argentinos, los presidentes que dejan subir los precios de bifes nunca serán reelegidos. Siguiendo esta lógica, Cristina Fernández de Kirchner debería perder los comicios presidenciales a celebrarse en 2011. Además de asuntos políticos, regionales y bilaterales, Dmitri Medvédev y Cristina de Kirchner pueden discutir la cooperación en el ámbito de energía. Durante los últimos 40 años, Rusia viene suministrando a Argentina grupos generadores para centrales eléctricas, aunque esto es poco conocido. Hoy día, los grupos generadores rusos, fabricados en su mayoría por el consorcio Power Machines, mayor proveedor de maquinaria para el sector, generan un 25% de energía en Argentina. Moscú está interesado en seguir suministrando estos equipos a Argentina y prestarle todo el apoyo necesario en la construcción de centrales electronucleares. El tema central de la agenda de Dmitri Medvédev es cambiar el modelo existente de importación y exportación, porque Rusia tiende a exportar materias primas a Argentina e importar la producción agrícola. En 2009, Moscú importó carne, frutas, vinos, zumos, tabaco y cereales por el montante de 1.500 millones de dólares, y suministró a Argentina metales laminados, fertilizantes, caucho, etc. tan sólo por 203,2 millones de dólares. Rusia está dispuesta a participar en concursos de adjudicación de contratos para la construcción de centrales hidroeléctricas u electronucleares en Argentina. Además, Rusia le invita a Argentina a adherirse al Sistema ruso Global de Navegación por Satélite (GLONASS). Además, Moscú quisiera prestar apoyo a Buenos Aires en el desarrollo de su industria petrolera (Argentina ocupa el 4º puesto en América Latina por la extracción del crudo), así como proponerle alquilar rompehielos y helicópteros rusos para las expediciones antárticas argentinas.
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