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lunes, 19 de abril de 2010

Otro simulacro más en el orden internacional


Alberto Buela (19/4/2010)
La primer cumbre sobre seguridad nuclear reunió en Washington el 12/4/10, por iniciativa norteamericana, a 47 países poseedores de material nuclear para poner a resguardo todo el material atómico disperso por el mundo, pero no pudo condenar a Irán y a Corea del Norte dos de las naciones incluidas en el eje del mal. Estos intentan, independientemente de los Estados Unidos, desarrollar un programa nuclear propio (1).

Llama la atención que de los 47 jefes de Estado presentes no han asistido ni el primer ministro Brown de Inglaterra ni el primer ministro Netanyahu e Israel, dos de los nueve países que poseen en el mundo armamento nuclear. Y sí lo hicieron Obama, Hu Jintao, Medvedev, Sarkozy, Singh (India) y Raza Gilani (Pakistán). Kim Jong-il de Corea del Norte no fue invitado.

Es sabido que la carrera atómica comienza con el lanzamiento por parte de Estados Unidos de la primera bomba sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945, sigue Rusia el 29 de septiembre de 1949, Gran Bretaña en 1952, Francia en 1960 y China en 1964, India en 1998, Pakistán en 1999 y Corea del Norte en 2006. Del único miembro del club nuclear que no se sabe cuándo, cómo y dónde realizó su primer experimento nuclear es de Israel. Que no ha firmado el tratado de No Proliferación Nuclear de 1968, ni manifiesta ninguna intención de limitar su arsenal atómico.

Las cifras de posesión de ojivas nucleares son las siguientes: Rusia 16.000, Estados Unidos 9.400, China 400, Francia 300, Gran Bretaña 200, Israel 200, Pakistán 80, India 70, Corea del Norte 10.

El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) registró entre 1993 y 2008 quince casos confirmados de posesión no autorizada de plutonio y uranio altamente enriquecido y 1.562 casos de robo o desaparición de material nuclear.

El mundo cuenta con reservas de uranio enriquecido (1.600 toneladas) y de plutonio (500 toneladas), dos ingredientes necesarios para la bomba atómica. Chile anunció que enviará todo su uranio enriquecido a los Estados Unidos, después de un primer envío de 18kg., hecho en marzo último.

El país que más reservas de uranio tiene es Australia (622), Kazakhstán (439), Canadá (331), Sudáfrica (218) y Brasil (162). A su vez, Kazakhstán y Sudáfrica son los mayores exportadores mundiales de uranio.

¿Qué nos queda de este cúmulo de datos? ¿Cómo podemos interpretarlos?

En primer lugar llama la atención la cantidad enorme de robos de material nuclear, luego que quede librado a la buena voluntad de los 47 países poseedores de material nuclear entregarlo a los Estados Unidos.

La tendencia es que lentamente el número de miembros del club nuclear va a aumentar. Todo indica que por sus desarrollos tecnológicos y ventajas comparativas se sumará Irán y luego Sudáfrica y Turquía y los dos gigantes geográficos Brasil y Kazakhstán. El club nuclear tiene la puerta cerrada pero se olvidó la llave del lado de afuera.

Israel muestra una vez más que no da cuenta de ninguna de sus acciones en el mundo. Y si bien la alianza yanqui-israelí es de acero y sus políticas internacionales son convertibles una a otra. Esto es, lo que es bueno para Israel lo es para Estados Unidos y lo que es malo para Estados Unidos es malo para Israel; el Estado judío se reserva sus resortes de poder militar y atómico independientes de su relación y más allá de los pactos con los yanquis.

Esto da razón una vez más a los filósofos que han estudiado el tema: Dado que la relación de los judíos con su Dios es de temor y temblor (Abraham) y a infinita distancia (Moisés), ellos la traspolan al mundo y viven a “los otros”, los no judíos, como amenaza. (Kierkegaard).

Por otra parte, existe un argumento de peso para no entregar el uranio enriquecido, que es el utilizado por la Argentina. Que puede utilizarse para los avances de la ciencia.

En la década del 90 accedió a desmantelar el desarrollo del misil Cóndor de corto alcance. El Tratado de Tlatelolco (de proscripción de armas nucleares en América Latina y el Caribe) de febrero del 67, es ratificado en 1997 en el gobierno de Menem, desmantelándose así todo el plan nuclear argentino que había nacido en la primera presidencia de Perón y se había continuado por medio siglo sin interrupción.

¿Qué hacer con el uranio enriquecido? Afirmó el canciller Taiana: “Lo importante es que prevenciones de seguridad no afecten los desarrollos científicos”. Si hasta Argentina, que carece de toda política internacional, por lo menos desde Malvinas para acá, se resiste a entregarlo, todo indica que las entregas serán simbólicas como los 18 kilogramos que entregó Chile.

Se ha creado un simulacro más en el orden internacional. ¿Y van cuántos? La verdad no tintinea en la política internacio
ESPACIOS EUROPEOS

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