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domingo, 6 de junio de 2010

El hermético régimen de Corea del Norte debilita su vital alianza con China

La comunidad internacional presiona al gigante asiático para que ayude a sancionar a Pyongyang ante Naciones Unidas por su actitud bélica. Pero Beijing tiene importantes razones para no dejarlo caer.

Catalina Saiz de la Llana Un fuerte dolor de cabeza. En eso se ha transformado Corea del Norte para China. El gigante asiático es un aliado histórico de Pyongyang, pero en los últimos años esta relación se ha ido deteriorando por el comportamiento bélico del líder norcoreano Kim Jong Il.El mes pasado, una comisión internacional concluyó que un torpedo de Corea del Norte había sido el culpable del hundimiento del buque surcoreano "Cheonan", provocando la muerte de los 46 marinos que iban a bordo. El incidente detonó la peor crisis en la península en 15 años, ya que anuló de hecho un acuerdo militar de no agresión entre el Norte y el Sur.Como ha sucedido en otras ocasiones, hay una presión internacional sobre China para que condene a Pyongyang. El Primer Ministro chino, Wen Jiabao, tratando de disminuir la escalada de tensión, declaró que su país estudiaría los resultados de la investigación del naufragio para tomar una posición "justa" al respecto.China se ha transformado en un aliado clave del régimen de Kim porque, además de ser un socio comercial vital, es miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, por lo que puede objetar sanciones que sean aprobadas en su contra.Esta alianza comenzó cuando los chinos salvaron a los norcoreanos de que fueran derrotados en la Guerra de Corea (1950-1953). "Desde entonces, ambos desarrollaron una especie de alianza pactada con sangre", relató a "El Mercurio" Hsiao-ting Lin, investigador del Instituto Hoover de la Universidad de Stanford. Además, "gracias a que compartían la ideología comunista y a su cercanía geográfica, su relación era muy poderosa", agregó Lin.Sin embargo, en las décadas más recientes, episodios como el del "Chenoan" han hecho que su relación se haya deteriorado y que ya no parezcan mejores amigos como antes. Según Lin, a esto se suma que "China se haya vuelto cada vez más capitalista y participe en la comunidad internacional", todo lo contrario a la realidad del cerrado régimen de Kim. Incluso, Beijing se ha ido acercando a Corea del Sur por el importante intercambio comercial que mantienen.A pesar de las diferencias, expertos concuerdan con que China no dejará de apoyar a Corea del Norte tan fácilmente. "Beijing está preocupado de que Norcorea no colapse, porque se perdería la estabilidad en la región, algo que lo afectaría directamente", dijo a este diario James Nolt, analista del World Policy Institute.Junto con esto, Nolt comenta que la caída del régimen de Kim "generaría un éxodo de refugiados norcoreanos hacia China". Este problema ya lo enfrentaron los chinos en los 90, cuando decenas de miles de norcoreanos huyeron de la hambruna que había en su país.El legado de KimEl futuro de la alianza China-Norcorea es algo incierto, porque la salud de Kim, de 68 años, se encuentra muy deteriorada y ya se habla del proceso de entrega del poder. De sus tres hijos, se dice que él prefiere al más joven, Kim Jong Un, de unos 25 años, que trabaja en la poderosa Comisión Nacional de Defensa y contaría con el apoyo de los militares, el verdadero poder en Corea del Norte.Según Kongdan Oh, especialista coreana del Instituto de Análisis de Defensa de EE.UU., en Norcorea hay incertidumbre acerca de la capacidad de gobernar del menor de los Kim. "En Corea existe el dicho: 'Ninguna familia rica puede mantener a tres generaciones'", comentó Oh, explicando que si un abuelo es muy adinerado, aun así su nieto puede arruinar el negocio familiar. "Muchos creen que Kim Jong Un no puede reemplazar a su padre, un genio político, por lo que se espera que la tercera generación del reinado de los Kim sea el comienzo de un cambio".El 25 de junio se cumplen 60 años del inicio de la Guerra de Corea, donde China y Norcorea se volvieron aliados.
el mercurio.com

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