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sábado, 10 de julio de 2010

ANALISIS: Presencia militar de EEUU continúa afectando relaciones con Japón, según expertos


WASHINGTON, 9 jul (Xinhua) --

La presencia militar de Estados Unidos (EEUU) en Japón continuará siendo una fuente de consternación de largo plazo entre los dos aliados, a pesar de la reciente mitigación de las tensiones, según indicaron algunos expertos.

"Lo único que se requiere es otro caso de violación y se convertirá en un asunto de mayor importancia", dijo Rodger Baker, director del sistema de análisis en la compañía global de inteligencia Stratfor.

Los habitantes en Okinawa, una isla nipona en donde se encuentran dos tercios de los 40.000 soldados estadounidenses en Japón, aún recuerdan el caso de 1995, en el que soldados de EEUU secuestraron y violaron a una niña japonesa de 12 años. Además, se han quejado por el ruido provocado por las aeronaves estadounidenses en la isla y han realizado manifestaciones masivas en las que piden la retirada de las fuerzas de EEUU.

El año pasado, el entonces primer ministro, Yukio Hatoyama, dio inicio a una disputa cuando exhortó a una "asociación de iguales", en una relación que ha sido dominada por Washington desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Cuando la problemática se despejó, Hatoyama renunció por haber roto una promesa de campaña sobre el cierre de Futenma, una base aérea estadounidense ubicada en Okinawa.

La relación tuvo un reinicio público en la reciente cumbre del Grupo de los Veinte (G20) en Toronto. El nuevo premier nipón, Naoto Kan, prometió que se apegará al acuerdo anterior con Washington sobre el traslado de la base al norte de la isla, a pesar de que la población insular desea que la base se vaya completamente.

El presidente estadounidense, Barack Obama, señaló que comprende lo delicado del asunto, y que se esforzará por hacer que la presencia militar estadounidense sea más tolerable para Tokio.

Aún así, los analistas indican que el problema no ha desaparecido.

"El asunto no está muerto", dijo Baker, agregando que siempre que las tropas estadounidenses son desplegadas en el extranjero, comienza una situación de tensión. Por ejemplo, el descontento provocado por la presencia militar de EEUU en Corea del Sur ha sido la causa de un gran número de manifestaciones masivas durante varios años.

Doug Bandow, miembro del Instituto Cato, dijo que el asunto será un problema para el partido gobernante de Japón, ya que la población de Okinawa no podrá comprometerse en el asunto.

No obstante, es posible que la administración de Kan aprenda la lección del partido Liberal Democrático, que acordó en 2006 transferir la base de Futenma, pero se mostró indeciso sobre la reubicación, para no provocar enojo en Okinawa, dijo Bandow.

"La mayor esperanza de Kan es patear la lata por la calle", anotó.

Ichiro Fujisaki, embajador nipón en EEUU, dijo en un discurso emitido el jueves desde Washington que "tenemos que aliviar la carga" de la gente de Okinawa, sin embargo, la alianza nipo-estadounidense "será honrada".

Richard Bush, un alto miembro de la Institución Brookings, dijo que la dirección de Japón considera la posición del ex premier como fracaso político, añadiendo que "necesitaban reducir sus pérdidas, lo hicieron y se produjo una mejora inmediata en las relaciones entre Japón y EEUU".

Mientras que el partido continuará enfrentando las expectativas hechas por el ex primer ministro Hatoyama, Kan desinfla esas esperanzas, dijo Bush.

Por ahora, tanto Washington como Tokio están minimizando el asunto militar, ya que la dirección de Japón se concentra en la economía, frente a la actual recesión global.

Baker dijo que Japón comprende su falta de capacidad de contar con la defensa que requiere, y las preocupaciones regionales de parte de Washington causarán que EEUU continúe prestando una fuerte atención a la región.

La necesidad ocasional de una intervención humanitaria y la amenaza de la piratería son también razones por las que EEUU busca mantener su presencia en Japón, señaló Baker.

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