La actual reserva nuclear israelí así como su capacidad nuclear no están determinadas, y esto es motivo de varios informes y estimaciones. Se ha informado en más de una ocasión de que Israel poseía dos bombas atómicas en 1967, y que el Primer Ministro Eshkol ordenó que fueran incluidas en la alerta de la Guerra de los Seis Días. También se ha informado que, temiendo la derrota en la Guerra de Yom Kippur en 1973, los israelíes se armaron con 13 bombas de 20 Kilotones.Israel potencialmente podría haber producido algunas docenas de cabezas nucleares en el periodo entre 1970-1980, y poseído entre 100 a 200 cabezas nucleares a mediados de los noventa. En 1986, descripciones y fotografías de las cabezas nucleares israelíes fueron publicadas en el London Sunday Times. Las fotografías fueron tomadas por Mordechai Vanunu, un técnico nuclear israelí despedido. Su información llevó a algunos expertos a determinar que Israel tenía un depósito de 100 a 200 armas nucleares en aquel tiempo.Durante la década de 1990, la inteligencia de los EEUU estima que Israel tuvo entre 75 y 130 armas, basándose en estimaciones de producción. La reserva podría incluir de manera cierta a cabezas móviles para mísiles balísticos Jericó-1 y Jericó-2, así como bombas para los aviones cazas israelíes e incluso cualquier otro tipo de armas nucleares tácticas. Algunas publicaciones calculan incluso que Israel podría tener más de 400 armas nucleares a finales de 1990.El reactor Dimona es la fuente de plutonio para las armas nucleares israelíes, y el número de armas nucleares que Israel fabricó, podría calcularse basándose sobre la potencia del reactor. La información hecha pública en 1986 indicó en aquel momento, que el grado de plutonio en las armas era producidos a una escala de alrededor de 40 Kilogramos anualmente. Si los números corresponden con la capacidad productora periódicamente del reactor Dimona, los analistas sugieren que el reactor tiene la capacidad de 150 Megavatios, casi dos veces el nivel de energía que se pensaba que operaba en 1970.Aunque Israel jamás ha admitido la posesión de armas nucleares, son pocos los expertos internacionales que dudan de la presencia del Estado judío en la lista de potencias nucleares. Se puede decir que la capacidad nuclear de Israel es el programa de armas de destrucción masiva más secreto del mundo.A diferencia de Irán y Corea del Norte, dos países cuyas ambiciones nucleares han salido recientemente a la luz, Israel jamás firmó el Tratado de No Proliferación Nuclear, creado para evitar la diseminación de este tipo de armamento a nivel mundial. Debido a esto, los israelíes no han estado sujetos a inspecciones ni a la amenaza de sanciones por parte del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), dependiente de la Organización de las Naciones Unidas.De acuerdo con la CIA, Israel es la quinta potencia del mundo en lo que a armas nucleares se refiere. La CIA estima que el número de armas nucleares que posee Israel en la actualidad oscila entre 200 y 400 ojivas. Según un estudio publicado sobre el programa nuclear de Israel, su arsenal le permitiría “borrar de la faz de la tierra cualquier objetivo que se proponga en la mayoría de los países árabes”. Además, un informe oficial del Congreso de EEUU, fechado en 1993, afirma que Israel “no ha declarado su capacidad armamentística respecto a las armas químicas que posee” y se afirma que “tiene un programa de armas biológicas sin declarar”.En el ámbito internacional siempre ha habido una constante preocupación sobre el presunto programa nuclear del gobierno israelí. Israel siempre ha sido deliberadamente impreciso respecto a tal programa, afirmando que no sería el primero en introducir armas nucleares en la región. Los sucesivos gobiernos estadounidenses han rechazado tratar el tema con Israel y se han mantenido callados frente al aumento de las demandas internacionales para que Israel declare la verdad sobre su programa nuclear.El programa de armas nucleares israelí casi nunca se discute en EEUU y menos en Israel. La Asamblea general de Naciones Unidas y la conferencia general de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) han adoptado desde 1987 13 resoluciones haciendo un llamamiento para que Israel firme el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares. Al no ser vinculantes tales resoluciones, Israel las ha ignorado por completo. Además, es desconcertante la insistencia sobre la inspección de las armas nucleares y químicas en Irán y Libia e, incluso, en Siria, cuando al mismo tiempo se rechaza tratar el tema de Israel.Sin embargo, a pesar del poderío nuclear de Israel, las encuestas dicen que sólo un 18,3% de los israelíes perciben que existe seguridad nacional. Además, uno de cada cuatro israelíes cree que su país debe renunciar a su arsenal nuclear.El diario británico Sunday Times informaba a comienzos del mes de julio de 2000, que Israel habría realizado pruebas de lanzamiento de misiles nucleares de largo alcance desde un submarino de la clase Dolphin. Estos submarinos han sido suministrados recientemente por Alemania a Israel en condiciones de crédito en compensación por las ventas de tecnología realizadas años atrás por empresas alemanas a Irak. El gobierno alemán ha mostrado su preocupación por el uso que Israel ha dado a estos submarinos, aunque se estima que los militares israelíes han tenido necesariamente que recibir apoyo técnico alemán para modificar estas naves a fin de que puedan lanzar de manera vertical los misiles nucleares. Es más, al parecer EEUU habría animado a Alemania a que ayudara a Israel, de manera encubierta a fin de eludir posibles críticas de sus aliados árabes, a desarrollar su capacidad militar nuclear y así le sustituyera como suministrador a Tel Aviv de este tipo de tecnología. Israel tiene basado en el Mediterráneo un submarino Dolphin y otro más en el Mar Rojo, mientras que un tercero esta anclado en puerto. Estos submarinos, de los más avanzados del mundo tecnológicamente, de un precio de 840 millones de dólares, pueden permanecer navegando hasta 30 días. El misil habría sido lanzado desde un punto del Océano Índico frente a la costa de Sri Lanka hasta un objetivo situado a unos 1500 kilómetros, si bien su alcance máximo sería de hasta 2000 kilómetros. Israel mantiene estrechas relaciones con el gobierno de Sri Lanka, al que suministra armamento y asesoramiento en su lucha contra la guerrilla tamil.La relevancia de estas pruebas se debe a que con ellas, Israel confirma su capacidad estratégica para atacar países considerados como potenciales enemigos (además de los árabes, Pakistán, ya potencia nuclear militar, e Irán, que podría, según estima el Mossad, disponer de armamento nuclear para el 2010) y hacerlo además desde plataformas móviles (los submarinos) y no desde puntos estáticos en tierra mucho más vulnerables a un ataque preventivo o de respuesta.El poder atómico israelí, que se ha estimado en hasta cuatrocientas ojivas nucleares, es probablemente el mayor y más sofisticado de todas las nuevas potencias nucleares. Desde hace unos 30 años y hasta el presente, Israel ha logrado desarrollar armamento nuclear junto a misiles aéreos y de largo alcance.Los expertos creen que los aviones F-16 suministrados al país por Estados Unidos es el tipo de aeronave que más probablemente tenga la capacidad de transportar una eventual bomba nuclear israelí. Posiblemente un reducido número de estos aviones ha sido especialmente adaptado para esta tarea, aunque el F-15, de más largo alcance, también podría ser un potencial bombardero nuclear.También se supone que Israel posee alrededor de un centenar de misiles balísticos Jericó, la más reciente de cuyas versiones, desarrollada a mediados de los años 80, tiene un alcance de 800 kilómetros. Se estima también que el país ha explorado la posibilidad de poner parte de su arsenal disuasivo en el mar, a bordo de submarinos.El programa atómico de Israel siempre ha sido visto por los planificadores estratégicos locales como una póliza de seguridad para desalentar un posible ataque nuclear o químico por parte de alguno de sus enemigos en la región. Pero ahora, Irak y Libia -dos países que alguna vez tuvieron fuertes ambiciones nucleares- han quedado fuera del negocio de las armas de destrucción masiva.Y esto ha desatado cierto debate en Israel sobre si sus armas nucleares no deberían ser en algún momento puestas bajo algún programa regional de control armamentístico. Esto no parece posible de ser aceptado por los sectores más duros, al menos no mientras persista la incertidumbre sobre las actividades nucleares iraníes. Pero algunos expertos israelíes creen que su país debería comenzar a explorar cuáles de los acuerdos vigentes sobre control de armas podrían ofrecerles mayor seguridad, por ejemplo, la ratificación de la convención que prohíbe el armamento químico.Apartando la crisis actual, hay que destacar que Israel, como miembro de la comunidad internacional y de la ONU, también debería aceptar la visita y las inspecciones de los agentes del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) para analizar con certeza la magnitud de su programa nuclear y el desarrollo de armas no convencionales. En todo caso ya no se discute la existencia de armas nucleares en Israel, sino más bien se especula de cual es su verdadero potencial y alcance, y como influye en crear incertidumbre en la paz de la región. Como una vez dijo Simón Peres en una rueda de prensa en 1995, “denme la paz y nosotros entregaremos la bomba”, confirmando aún más la posesión de capacidad nuclear.
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