WikiLeaks no descansa ni un día y sigue filtrando más información confidencial. La última se refiere a las tensas relaciones entre Estados Unidos y China tras el ciberataque chino contra Google a finales de 2009.
Por lo que dice uno de los cables, los líderes chinos mostraron su descontento por los comentarios críticos de los que eran objeto en los resultados que aparecían cuando introducían sus nombres en el buscador más utilizado a nivel mundial.
La fuente señala a Lo Changchun y Zhou Yongkang, miembros del Politburó chino, como los principales supervisores de la operación contra la página web, que fue una medida absolutamente política.
El ataque a Google fue tan sofisticado que logró introducirse en correos electronicos de algunos disidentes chinos usuarios de Gmail.
Pero la información filtrada no se centra sólo en lo ocurrido con Google: los cables hablan del constante espionaje informático por parte de China contra los gobiernos occidentales, Japón y Corea del Sur, las oficinas del Dalai Lama, los disidentes y varias empresas.
Sin embargo, según las instrucciones del presidente, China no aumentó la tensión en sus relaciones con EE. UU., por lo que a principios de julio del presente año el Gobierno renueva la licencia a Google.
Cada nueva información que aparece desde el pasado 28 de noviembre supone una nueva preocupación para el Gobierno de Estados Unidos y más riesgos para Assange, fundador de WikiLeaks, que, sin embargo, no parece dispuesto a detener su actividad.
La secretaria de Estado, Hillary Clinton, mantendrá conversaciones telefónicas con los líderes de diferentes países durante las próximas semanas para comentar la información filtrada referente a las relaciones de Estados Unidos con otras naciones. Tanto ella como el presidente, Barack Obama, ya han hablado con una decena de los presidentes mencionados en los documentos diplomáticos filtrados por WikiLeaks.
A pesar de que Wikileaks publicó documentos que contienen comentarios muchas veces poco favorecedores sobre los líderes de diferentes países, redactados por diplomáticos estadounidenses, la mayoria de estos estados afirmó que estas filtraciones no causarán ningun daño a sus relaciones con Estados Unidos.
Mientras tanto cada día la situación resulta más complicada para Julian Assange, editor y cofundador de la página web. Interpol está buscándolo, se ha convertido en el enemigo número uno de muchos políticos y recientemente el proveedor de pagos por internet PayPal canceló la cuenta de su organización, de manera que WikiLeaks no podrá recibir más donaciones, que suponían probablemente la manera más segura y estable de apoyar al sitio de Internet.
PayPal informó en un 'blog' que la medida se tomó por la violación de sus políticas, "las cuales declaran que nuestro servicio de pago no puede usarse para actividades que fomenten, promuevan, faciliten o instruyan a otros para involucrarse en actividades ilegales".
El hombre que ha agitado al mundo político hasta sus cimientos también tendrá grandes problemas para mantener el acceso a su sitio web. WikiLeaks se ve obligado a moverse de una dirección de Internet a otra, ya que varios gobiernos tratan de impedir el contacto del público con el sitio web.
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