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domingo, 25 de septiembre de 2011

INTERNACIONAL El miedo de los israelíes al Estado palestino



La solicitud palestina para convertirse en Estado de pleno derecho de la ONU está en el Consejo de Seguridad, y desde el otro lado del muro los israelíes siguen la cuestión muy de cerca. El apoyo firme de Estados Unidos y la postura unificada de los principales partidos políticos del país son los pilares de la respuesta de Israel al órdago lanzado por Mahmud Abbás. La opinión pública se debate entre considerar este último capítulo del conflicto como un acto de propaganda de un Abbás a punto de la jubilación, o ir más allá y calificar lo ocurrido como la ruptura unilateral de los acuerdos de Oslo, lo que daría vía libre a las autoridades israelíes para adoptar medidas punitivas.

Después de varios años de estancamiento, Abbás ha logrado remover loscimientos de un conflicto en vías de convertirse en una situación irreversible debido a la política de hechos consumados aplicada por Israel y a las divisiones entre las fuerzas políticas palestinas.

El mandatario tiene previsto llegar a primera hora de la tarde a Ramala donde una multitud le dará la bienvenida tras su discurso en Nueva York. La emoción en las calles de Cisjordania es equiparable a la indiferencia impuesta por las autoridades de Hamás en una franja de Gaza oficialmente ajena y contraria a la propuesta de Estado formulada por el presidente palestino en las Naciones Unidas.

La desunión entre palestinos, la ausencia de una voz unificada, es otro de los argumentos que esgrimen desde Israel para rebajar las expectativas y tratar de que el proceso retorne a esa mesa de diálogo en la que, según Abbás, «en los últimos años hemos llamado a todas las puertas y recorrido todos los caminos» sin ningún éxito.

Cuatro israelíes de diferentes tendencias políticas analizan en voz alta este momento histórico:



Baruch Shalev, ex asesor de Sharon, hoy pacifista:
«La ocupación es el gran mal»:

El partido Likud sigue enviándole mensajes de texto a su móvil, pero hace años que dejó de asistir a las reuniones. Shalev fue asesor del ex primer ministro Ariel Sharon y destaca que «era un persona dura, pero con buen corazón: el problema es que el buen corazón era sólo con los judíos». Ahora forma parte de varias organizaciones no gubernamentales y es miembro activo del movimiento de indignados que logró congregar a 400.000 personas en las calles de Tel Aviv para protestar contra la política del gobierno de Netanyahu. «Si fuera Abbás, yo también optaría por la vía de Naciones Unidas porque aquí no tiene nada que hacer. La ocupación es el germen de todos los males y ha logrado corromper el sistema. Los colonos son pocos, pero bien organizados y tienen un gran control sobre los partidos políticos que no tienen el coraje suficiente para decir basta ya y hablar claro. La ocupación anula la sensibilidad y esto va a generar consecuencias trágicas».



Alan Baker, ex negociador del gobierno:
«Negociar es el único camino»

Tras pasar la mayor parte de su vida profesional como negociador del ministerio de Exteriores, lo que le llevó también a la ONU durante cuatro años, Baker fue embajador en Canadá. Su último cargo político antes de dirigir el Instituto de Asuntos Contemporáneos del «think tank» «Jerusalem Center for Public Affairs». Se ha sentado en la mesa con egipcios, jordanos, sirios y, sobre todo, palestinos. Está seguro de que «el paso dado por Abbás no cambiará nada sobre el terreno». «Todo ha sido un ejercicio de relaciones públicas de Mahmud Abbás. Los palestinos no están en posición de pedir ser un Estado de pleno derecho porque ni tienen fronteras definidas, ni están unidos entre ellos. Primero deben reunirse y hablar con una sola voz, después negociar con Israel y, en tercer lugar, acudir a la ONU... Paciencia y negociación, no queda otro camino hacia la paz.



Dany Bayan, líder de los colonos de Cisjordania:
«Los palestinos buscan pretextos»

Dirige desde 2007 el Consejo Yesha, el órgano público y político de los más de 300.000 judíos que viven en las históricas «Judea» y «Samaria» (Cisjordania). Nacido en Argentina hace 56 años, Dany Bayan fue uno de los mayores detractores de la decisión del actual gobierno de Benjamin Netanyahu de congelar la construcción de asentamientos durante diez meses en 2010.

«Todo lo que ha rodeado al asunto de Naciones Unidas se ha exagerado, y seguro que dentro de unos meses no recordaremos septiembre de 2011 como una etapa decisiva en el conflicto. El presidente Mahmud Abbás lo único que hace es utilizar los asentamientos como excusa para abandonar la mesa de negociaciones». «En realidad, este es un gesto que muestra que los palestinos no están dispuestos a negociar, no quieren alcanzar un acuerdo con Israel porque esto supondría la paz. Por otro lado, es inmoral negar el derecho de los judíos a vivir en ciertas partes de Palestina por motivos étnicos o religiosos. Si podemos vivir en Nueva York, ¿por qué no en nuestra patria?»

«La nota más positiva del movimiento de Abbás en Naciones Unidas es que por primera vez en cien años los dirigentes políticos palestinos parecen optar por la vía no violenta como fórmula de protesta. Quieren imitar el modelo de la Primavera Árabe y esto es una buena noticia».



Arik Ascherman, presidente del «lobby» religioso «Rabbi for Human Rights»:
«Estamos a las puertas de una nueva oleada de violencia»

La organización Rabinos por los Derechos Humanos lleva más de veinte años intentando establecer puentes entre las diferentes confesiones que conviven en Israel y Palestina. Cien rabinos de las distintas corrientes judías tratan de recordar a los ciudadanos el verdadero sentido de la tradición judía «en la que el ser humano está por encima de todo», según su director Arik Ascherman.

«El proceso que ahora ha comenzado tras la presentación de la demanda de Estado en la ONU va a ir mucho más despacio de lo que la gente cree y eso puede generar una gran frustración en el lado palestino».

¿Cómo se traducirá ese enfado? «Me temo que estamos a las puertas de una nueva oleada de violencia, una especie de tercera Intifada, y por eso las fuerzas de seguridad deben estar listas. El problema en estos casos es que preparándote para lo peor puedes terminar siendo tú quien provoques a la otra parte… Debemos prevenir tanto los ataques palestinos como los de los colonos más exaltados que son capaces de todo».

«La religión es parte del problema, pero también puede ser la solución. El que es fuerte de verdad es quien logra la paz con su enemigo. Todos los seres humanos hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios y no podemos tratar a los judíos como unos seres privilegiados porque esto nos lleva al extremismo político. Sólo de esta manera romperemos el estereotipo de israelí que se ha creado en las últimas décadas».

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