La crisis de la deuda en Europa en los últimos días está tomando carices sorprendentes. Algunas advertencias proceden de los primeros directivos de grandes bancos, como por ejemplo el CitiBank, donde avisan de una potencial espiral deflacionista a nivel mundial, los dirigentes chinos nos advierten de una situación de estancamiento global crónico, algunos bancos avisan que los nuevos requerimientos de Basilea obligará a los bancos europeos a restringir el crédito en los países del Este de Europa, con la correspondiente repercusión negativa sobre su crecimiento económico, etc, etc…
Dentro de toda esta avalancha de noticas negativas, la más sorprendente desde mi punto de vista son las declaraciones del pasado lunes en el diario alemán Der Spiegel, donde nos avisa que la situación de Alemania no es tan sana como sus dirigentes nos quieren dar a entender.
Concretamente se basan en los ratios de deuda pública en relación al PIB que ya supera el 80% (por encima del 60% de límite establecido por el Tratado de Maastricht), y por encima de algunos países supuestamente con graves dificultades económicas, como España. Además, el gobierno alemán quiere impulsar una serie de medidas que dificultarán aún más el control del déficit en los próximos años, como es la rebaja de impuestos.
Pocos analistas se detienen a pensar que un déficit público máximo anual del 3% significa que la deuda pública crece cada año y no entienden que para reducirla se tiene que producir un superávit público (positivo), es decir que los ingresos sean superiores a los gastos, incluidos los gastos de servicio de la deuda. Es lo que se denomina “Primary Surplus” (Superávit Primario).
Este superávit primario se convirtió en una figura importante en los programas de rescate para Grecia, Portugal e Irlanda. Por ejemplo, Alemania exige a Italia tener un superávit primario del 3,1% para el 2012 y del 4,4% para el 2013, mediante una serie de programas de austeridad.
Por cierto que Alemania tuvo un déficit primario permanente entre los años 2002 a 2006 en permanente déficit, de ahí que hayan superado el 80% de deuda en relación a su PIB, mientras Italia generó en ese mismo período un superávit primario positivo del 1,3%.
De momento las políticas económicas alemanas barajan sólo un 1,3% según el Ministerio de Economía de ese país, muy alejado de lo que entienden los expertos. Para que Alemania vaya bajando sus ratios de deuda, según Thorsten Polleit, economista jefe de Barclays Capital Deutschland, debe tener un superávit primario de al menos el 2,7% si quiere llegar al 60% establecido por Maastricht para un plazo de 10 años, o del 4,7% para lograr el mismo objetivo en 5 años.
Además, añadimos una dificultad mayor, las previsiones económicas alemanas se basan en un crecimiento de su economía y de otros países de su entorno. Vemos que esa realidad se torna cada vez más compleja y que ya algunos países entran en estancamiento.
Me temo que empezaremos a recibir malas noticias de la economía alemana en cuestión de semanas, y como primer aviso, la señora Merkel ha visto como ayer sólo pudo colocar, debido a la escasa demanda, el 62% de los bonos a diez años que salieron a subasta. Aviso a navegadores!!! La tormenta también se acerca al núcleo central de Europa …
Escrito por Manuel Caraballo Callero
Economista de Izadi AG
Autor del blog de Manuel Caraballo
Twitter @izadiag
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