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martes, 3 de julio de 2012

Avión de NASA trajo a Liberia maqueta del motor de plasma

El laboratorio de Ad Astra Rocket en el campus de la Universidad Earth, en la finca La Flor, tiene un nuevo huésped.
Desde ayer alberga una maqueta de tamaño real del motor VF-200, el mismo que Franklin Chang y su equipo están construyendo para volar a la Estación Espacial Internacional en el 2015.
Dicho prototipo cuelga justo sobre el sitio donde se enlazará a la maqueta, también de tamaño real, de la plataforma Aurora, una estructura diseñada y construida en Costa Rica que unirá al motor con la Estación Espacial.
Es una impresionante imagen que le permite a quien la ve hacer un viaje unos tres años hacia el futuro y visualizar el motor de propulsión de plasma, ideado para vuelos a Marte y más allá, en acción en el espacio.
Mas la construcción de estas maquetas y su traslado no tienen como objetivo cautivar la imaginación, su propósito es ensayar el traslado y acoplamiento que estos componentes deberán realizar cuando sean los que realmente hagan el viaje al espacio.
La maqueta del motor estará en suelo tico hasta principios del próximo año. Aquí se construirá una pequeña interfaz que la una a la plataforma Aurora, y luego ambas estructuras emprenderán un viaje hacia Houston, Texas, al otro laboratorio de la compañía.
Emocionante arribo. La maqueta arribó a las 12:52 p. m. al aeropuerto Daniel Oduber, a bordo de un avión DC-9 de la NASA.
Junto en la pista, lo esperaban científicos e ingenieros de la compañía, entre ellos Franklin Chang, quien de inmediato se acercó al avión para abordarlo y saludar a sus tripulantes.
A un poco más de distancia, detrás de la cerca, los pequeños del Jardín de Niños de la Escuela Bernardo Gutiérrez, de Sardinal de Carrillo, aplaudían y celebraban la llegada del avión y la presencia del astronauta costarricense.

Lo que se había planeado como un paseo a la nueva terminal del aeropuerto se convirtió en una experiencia aún más especial para estos niños.
Luego, en la pista, se inició un cuidadoso, ensayado y hasta calculado –de forma matemática– baile para desembarcar la maqueta, con un peso de 300 kilos, montarla en un camión, trasladarla al laboratorio – a pocos kilómetros del aeropuerto– y, finalmente, ubicar la maqueta dentro de su hogar temporal.
Todo el proceso, bajo un imponente sol liberiano, duró más de tres horas.

No fue sino hasta pasadas las 4:30 p. m. que el personal de Ad Astra Rocket salió a celebrar, junto a los tripulantes del avión de la NASA, la tarea cumplida.
En los próximos meses, los expertos trabajarán en el diseño y confección de una interfaz que unirá la maqueta del motor con la de la plataforma Aurora.
Al mismo tiempo, tanto en Houston como en Liberia continuarán con su trabajo para obtener el estado térmico estable: la seguridad de que el motor pueda funcionar ininterrumpidamente por espacio de periodos largos.
Para finales de este 2012, la compañía tiene como meta dejar listo el Preliminary Design Review, el diseño preliminar del motor VF-200, que, según sus planes, viajará al espacio en el 2015.
DEBBIE PONCHNER
nacion.com


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