El 21 de mayo de 1921 nació Andréi Sájarov, famoso físico ruso, académico y político y uno de los defensores de derechos humanos más destacados del país.
Ya a temprana edad siguió a su padre en su inclinación por las ciencias exactas. Entró en la Universidad de Moscú en 1938, y terminó con excelencia. En los años de la guerra, trabajó como ingeniero en una fábrica de armas en la ciudad de Uliánovsk, en la región de Volga, escribió varios artículos sobre física teorética y los envió a Moscú, al Instituto Físico de la Academia de Ciencias de la Unión Soviética. Estos trabajos le aseguraron un puesto en este famoso centro científico, donde se doctoró en 1947.
El destino de Anréi Sájarov le llevó a protagonizar las principales investigaciones estratégicas de la época. En 1948 formó parte del grupo de investigadores que iba a cumplir la tarea de crear armas termonucleares. En 1950 elaboró la idea del dispositivo de fusión, que sirvió de base para la primera bomba de hidrógeno.
Andrei Sajarov y Igor Kurchatov, 1958. Foto: wikipedia.org |
En 1953 Sájarov, que apenas había cumplido 32 años, fue elegido miembro de pleno derecho de la Academia Rusa de las Ciencias y se le otorgó la primera de sus tres medallas de 'Héroe del Trabajo Socialista'. Luego desarrolló la primera bomba de hidrógeno soviética de una potencia de un megatón y en 1961 creó una variante de mayor tamaño, la 'Bomba Zar', de 50 Megatones, el artefacto nuclear que se considera más potente jamás detonado.
También en 1950 Sájarov junto con el célebre especialista de la física cuántica Ígor Tamm, propusieron una idea para un reactor nuclear de fusión controlado, el llamado 'tokamak', que fue utilizado luego para construir reactores de ese tipo en todo el mundo. Fue sólo uno de numerosos inventos prácticos que hizo durante su carrera.
Académico, laureado con los premios más prestigiosos, en los 60 Andréi Sájarov, tomando mayor conciencia de las implicaciones de sus descubrimientos, cambió radicalmente su postura. Se convirtió en uno de los precursores del cese de las pruebas nucleares y contribuyó a que el Tratado de Prohibición de Pruebas Atmosféricas, Espaciales y Submarinas se firmara en Moscú en 1963.
Desde mediados de los 60 Andréi Sájarov también desarrolla la actividad en defensa de los derechos humanos. Alzaba la voz contra la persecución por las convicciones políticas, aún siendo un alto cargo. Por uno de sus ensayos se le prohibió la investigación secreta. En 1975 el físico y activista fue galardonado con el Premio Nobel de Paz.
En el 1980 fue enviado al exilio a la ciudad de Gorky (actualmente Nizhny Nóvgorod) a orillas del Volga, y se le desposeyó de los honores adquiridos. No fue hasta el inicio de la Perestroika, comenzada por Mijaíl Gorbachév, que le fue permitido regresar a Moscú.
A finales de los 80 contribuyó a la creación de las primeras organizaciones políticas independientes y legales. En 1989 fue elegido como parlamentario en el llamado Congreso de los Diputados del Pueblo, la cámara parlamentaria soviética. Poco antes de su fallecimiento, a finales de 1989, entregó el proyecto de la nueva Constitución.
Varias calles en Rusia, Alemania, Israel y otros países tienen el nombre del famoso físico y activista, incluida la avenida Sájarov en Moscú. En la ciudad de Nizhni Nóvgorod abrió sus puertas el museo Sájarov, donde se celebra anualmente un festival de artes con su nombre. En 1985, el Parlamento Europeo estableció el premio Sájarov para la 'Libertad de Conciencia'. En Moscú funcionan también un museo y el Fondo de Andréi Sájarov.
El famoso académico, publicista y filólogo Dmitri Lijachév, dijo de Andréi Sájarov: “Un verdadero profeta, profeta en el eterno sentido de la palabra, es decir, el hombre que llamaba a sus coetáneos a la renovación moral en nombre del futuro”.
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