ISLAMABAD, 5 May. (Reuters/EP) -
El autor del atentado fallido con coche bomba en Times Square, en Nueva York, Faisal Shahzad, con nacionalidad paquistaní y estadounidense, cuenta con un pasado respetable que no apunta a que existan indicios de radicalismo, un punto en común con algunos miembros de la red terrorista Al Qaeda. Shahzad ha admitido que intentó detonar la bomba en un utilitario y que recibió entrenamiento sobre la fabricación de explosivos en un conocido bastión de Al Qaeda y de los talibán en Pakistán, según informaron los fiscales estadounidenses. A primera vista, no tiene ningún punto de conexión con muchos de los paquistaníes sin recursos que han sido atraídos por los talibán gracias a las promesas de llevar a cabo la guerra santa y el martirio. Shahzad, un antiguo analista financiero que trabajaba en el estado de Connecticut, es hijo de un vicemariscal retirado, lo que le dio un estatus especial en Pakistán, país en el que el Ejército es la institución más poderosa e influyente. Su hermano es un ingeniero mecánico en Canadá, según los responsables de seguridad paquistaníes. Estados Unidos y Pakistán intentarán ahora estudiar la trayectoria de Shahzad hasta llegar a Times Square, cómo terminó en un campamento de entrenamiento militar en Pakistán y qué grupo le influyó, datos que esperan que ayuden a impedir futuros atentados. Responsables de seguridad indican que los padres de Shahzad residían en la ciudad paquistaní de Peshawar, la ciudad más golpeada por los terroristas suicidas talibán. Asimismo, añadieron que Shahzad también cuenta con una tarjeta de residencia de la ciudad de Karachi. Pakistán detuvo ayer a varios allegados de Shahzad, incluidos amigos y miembros de su gran familia. El ministro del Interior de Pakistán, Rehman Malik, afirmó que la familia del presunto terrorista "está en nuestro radar". "No proviene de una familia radical ni analfabeta. Viene de una familia con educación, por lo que estamos investigando cómo llegó a radicalizarse", declaró. Pero hay numerosos ejemplos de personas con un pasado impecable que se convirtieron en yihadistas, como el líder de Al Qaeda, Usama bin Laden, que proviene de la élite de Arabia Saudí, o su 'segundo' egipcio, Ayman al Zawahri, nacido en una familia de clase alta con numerosos médicos y académicos y residente en un barrio de lujo de El Cairo. Además de la lucha contra la insurgencia talibán, Pakistán también se enfrenta a las amenazas de los extranjeros que aspiran a convertirse en yihadistas y que contactan con los milicianos paquistaníes a través de Internet. El pasado marzo, un tribunal paquistaní acusó formalmente a cinco estadounidenses de intentar realizar atentados terroristas en el país. Los estudiantes, en su veintena y procedentes del estado de Virginia, fueron detenidos en diciembre del año pasado en la ciudad de Sargodha, a unos 190 kilómetros al sureste de Islamabad. Después de los atentados del 11-S, Pakistán tiene una presión enorme procedente de Estados Unidos y se ha unido a su guerra contra el terror, pero han aumentado las preguntas por su nivel de compromiso.
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