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martes, 4 de mayo de 2010

Guerra, sin duda alguna

Mònica Bernabé | Qala-e-naw (Afganistán)
El Comité Internacional de la Cruz Roja pudo visitar a final de noviembre, por primera vez en Afganistán desde la caída del régimen de los talibán en 2001, a tres rehenes en manos de la insurgencia. Y lo hizo en la provincia de Badghis, donde precisamente se encuentran destacadas la mayor parte de las tropas españolas en Afganistán. Los rehenes eran tres policías afganos que, según el jefe de este cuerpo en la provincia, Sayed Ahmad Same, fueron capturados cuando se dirigían desde la ciudad de Herat hasta Qala-e-naw, la capital de Badghis. Estuvieron en poder de los talibán durante más de tres meses. En concreto, cerca de la localidad de Daribum, en el norte del distrito de Qadis, controlado en buena parte por la insurgencia. El responsable del Comité Internacional de la Cruz Roja en la oficina regional de Herat, Patrick Gueissaz, explica que el hecho de que pudieran tener acceso a los rehenes en Badghis y no en otra zona de Afganistán se debió a que en esa provincia, en comparación al resto del país –sobre todo en el sur-, existe una relativa estabilidad que permite crear una serie de vínculos con la población local para poder llevar a cabo las visitas con una ciertas garantías de seguridad. "La situación de seguridad ha mejorado muchísimo en los últimos meses", confirma el responsable provincial de la policía afgana. Eso, sin embargo, no significa que Badghis sea ahora una balsa de aceite, ni mucho menos. "Para viajar al distrito de Muqur, ya no necesitamos ir con un montón de vehículos de policía para poder responder a un posible ataque, sino que con tres ya tenemos suficiente", menciona el comandante Same, como si se tratara de un gran logro. También explica que en el distrito de Bala Murghab, donde los talibán tienen su santuario, la policía puede moverse ahora sin ser atacada hasta a diez kilómetros de distancia de la capital de distrito. En Qadis, otro distrito de Badghis, la policía puede patrullar por el 60% de su territorio. En el de Ab Kamari, aún más. Casi en su totalidad. Y al distrito de Jawand, le resulta imposible acceder por carretera –debe ir a la fuerza en helicóptero- ya que el camino se encuentra tomado por la insurgencia, pero una vez dentro del distrito, la policía también puede patrullar sin problemas a 20 kilómetros alrededor de la capital, continúa detallando. El Comité Internacional de la Cruz Roja abrió una oficina en Qala-e-now el pasado mes de junio. Antes, dicho organismo, que lleva treinta años trabajando en Afganistán, ya había distribuido ayuda humanitaria en la provincia, pero nunca había contado allí con personal de forma permanente. Su objetivo, dice su responsable en Herat, es ofrecer "protección y asistencia a las víctimas del conflicto". En la actualidad continúa repartiendo ayuda humanitaria, pero también ha iniciado algunos proyectos agrícolas en comunidades directamente afectadas por la guerra, y está trabajando para proporcionar agua potable en zonas también tocadas por el conflicto, además de asistir a los presos y rehenes. El Comité Internacional de la Cruz Roja sólo tiene sedes provinciales en siete de las 34 provincias de Afganistán. Y una de ellas es la de Qala-e-now. Gueissaz aclara, no obstante, que el hecho de que hayan abierto una sede en esa localidad no supone que la situación haya empeorado en la provincia. Sí que significa, sin embargo, que en la provincia hay, sin duda, guerra, de lo contrario el Comité Internacional de la Cruz Roja no estaría allí.
EL MUNDO

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