Foto AP/Rahmat Gul
Un vehículo militar de la OTAN en llamas después de ser atacado por un suicida en Jalalabad, Afganistán, el domingo 6 de junio de 2010. (Foto AP/Rahmat Gul)
KABUL (AP) — El presidente Hamid Karzai ordenó el domingo que se revisen todos los casos de sospechosos de pertenecer al Talibán que estén detenidos en las cárceles afganas y ordenó que quienes estén privados de la libertad por evidencias dudosas deberán ser excarcelados.
La medida fue la primera respuesta oficial de Karzai a una conferencia nacional realizada la semana pasada con el fin de encontrar vías para terminar con la insurgencia que lleva casi nueve años en el país, que concluyó con recomendaciones para avanzar hacia las negociaciones con las facciones de los milicianos.
La conferencia también recomendó que los prisioneros del Talibán que se mantienen bajo custodia afgana o del ejercito estadounidense sean liberados en caso de que estén retenidos por "declaraciones imprecisas o acusaciones infundadas".
Cientos de sospechosos del Talibán y otros milicianos continúan detenidos en las prisiones de todo el país. Otros más, incluyendo los operadores de al-Qaida, están en prisiones del ejército estadounidense en Afganistán y en Guantánamo, Cuba.
La oficina de Karzai dijo en un comunicado que había ordenado la formación de una delegación conformada por integrantes de la suprema corte, una comisión de reconciliación apoyada por el gobierno, el ministerio de justicia y otros funcionarios judiciales. La delegación "identificará a esos prisioneros que se encuentran en las prisiones sin una evidencia que respalde su detención y que lleve a que la delegación los libere", agregó el texto.
A la conferencia de la semana pasada asistieron unos 1.500 líderes religiosos, provinciales y de otras organizaciones.
Concluyeron que los prisioneros insurgentes deberán ser liberados como un gesto de buena voluntad que antecederá las negociaciones de paz con el Talibán, pero también subrayaron que los insurgentes que quieran participar en el proceso de paz deberán cortar sus vínculos con grupos terroristas extranjeros como al-Qaida.
El gobierno de Estados Unidos apoya los planes de Karzai para ofrecer incentivos a los milicianos de menor rango que abandonen las armas, pero se mantiene escéptico sobre las negociaciones con los líderes insurgentes, aunque esta estrategia podría ser crucial para la salida final de las fuerzas estadounidenses en el país.
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