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jueves, 12 de agosto de 2010

Fuerzas afganas e internacionales lanzan operación contra la red Haqqani, ligada a los talibán paquistaníes


En la operación, todavía abierta, han muerto 20 insurgentes de la red, "una amenaza extendida" en Afganistán, según ISAF

MADRID, 12

Fuerzas de seguridad afganas y efectivos de la coalición internacional han lanzado una operación en el distrito de Zadrán en la provincia de Paktiya, baluarte de la red 'Haqqani', que está muy ligada a los talibán del noroeste de Pakistán. El objetivo de la operación, todavía abierta, es obstruir la libertad de movimiento de la red en esta zona.

"La red Haqqani es una amenaza común en Afganistán en estos momentos. Las fuerzas afganas y de la coalición están centradas en revertir su influencia y poder", ha explicado el director del Centro de Operación Conjunta del Mando Combinado de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad afgana (ISAF), coronel del Ejército estadounidense Rafael Torres.

La operación de limpieza todavía está en marcha y, hasta la fecha, más de 20 insurgentes han perecido en la operación de las fuerzas afganas e internacionales. Los insurgentes estaban atrincherados en posición de combate en toda la zona montañosa que rodea el distrito con ametralladoras, granadas propulsadas con cohetes y armas automáticas, cuando entraron las fuerzas afganas e internacionales que necesitaron apoyo aéreo para reducir la insurgencia.

Desde el distrito de Zadrán, conocido refugio de la red Haqqani, insurgentes de la facción han lanzado ataques en Kabul y el paso de Jost-Gardez. "Todos los días sacamos a más insurgentes del campo de batalla, para que los afganos puedan vivir en paz", ha recalcado el coronel estadounidense en un comunicado.

La operación es especialmente importante si se tiene en cuenta que la red Haqqani está muy vinculada a comandantes en las áreas tribales del noroeste de Pakistán, especialmente los de Waziristán del norte, procedentes en su mayoría de la tribu Zadrán.

BASES Y MIEMBROS DE LA RED

La base operativa de la red Haqqani se encuentra en la localidad paquistaní de Miram Shah, ubicada al suroeste de Peshawar y desde donde operan al menos tres campamentos de entrenamiento: el bazaar de Miram Shah que dispone de instalaciones informáticas, un campamento en las afueras de Sarai Darpa Khel y un tercero en los suburbios de Danday Darpa Khel, localidad donde residen varios familiares del antiguo mujahidin Jalaluddin, según publicó la revista Foreign Policy en su edición de junio pasado. La mayor parte de las decisiones estratégicas, tanto operativas como de adquisición y entrega de armas, se toman en esta base.

La cúpula de la red Haqqani, conocida como Miram Shah Shura, está compuesta por miembros de la familia Haqqani y comandantes asociados a la familia a la que han servido durante años. Dichos comandantes son el vínculo principal entre el líder operativo de la red y los comandantes desplegados en el campo de batalla en Afganistán, aunque el propio líder operativo de la red está cada vez más frecuente en las primeras líneas de fuego en Afganistán desde 2009.

El líder operativo de la red, Sirajuddin Haqqani, hijo del fundador de la red Jalaluddin Haqqani, no sólo se encarga de supervisar las actividades militares y políticas del grupo sino que ejerce de principal enlace con la Shura talibán en Quetta que dirige el jefe de los talibán afganos, el mulá Omar y es, asimismo, uno de los principales enlaces de dirigentes talibán paquistaníes y de Al Qaeda. El vicecomandante de Sirajuddin es Bakhti Jan, quien ha tenido un destacado papel para impulsar las relaciones del grupo con otros grupos talibán con base en Waziristán del Norte como Tehrik-e Taliban Pakistan (TTP).

La red Haqqani está compuesta por cuatro grupos. El primer grupo compuesto por comandantes que sirvieron bajo el mando de Jalaluddin durante la guerra en Afganistán contra la invasión de la Unión Soviética, los que se sumaron al movimiento en 2001 procedentes de Paktiya, los insurgentes de Wazaristán del Norte asociados a la red durante años y el grupo de milicianos extranjeros de etnia no pashtun --la de la mayoría de los talibán afganos--, incluidos árabes, chechenos y uzbekos.

Los insurgentes de esta red han estado implicados en distintos tipos de secuestros para obtener rescates, incluido el secuestro del periodista del diario 'The New York Times', David Rohde, por el que llegaron a pedir millones de dólares y la puesta en libertad de dos insurgentes afganos. También obtienen fondos procedentes de la extorsión, imponiendo peajes por moverse por los territorios que controlan y robos transfronterizos, sobre todo a los camiones que cruzan la frontera entre Afganistán y Pakistán. También se cree que obtienen dinero de países del Golfo.

LOS MALOS, ESTÁN EN PAKISTÁN

La operación de las fuerzas afganas y de la coalición contra los dirigentes insurgentes vinculados con Pakistán pone de manifiesto el creciente esfuerzo de las tropas internacionales por atajar la insurgencia talibán a ambos lados de la frontera, aunque las tropas enmarcadas en la ISAF que dirige la OTAN en el país centroasiático no están autorizadas a realizar operaciones en el lado paquistaní.

Después de que Estados Unidos haya aumentado la presión para actuar contra la insurgencia en Wazaristán del Norte, la red Haqqani ha emprendido una "retirada estratégica" en Pakistán para evitar la confrontación militar con el Gobierno de Islamabad, según ha informado el diario paquistaní 'Pakistán Express'.

El Ejército paquistaní lanzó en junio de 2009 una gran operación contra la insurgencia en Waziristán del Sur y su líder, Baitulá Mehsud, muerto en una operación y al que Islamabad imputaba la muerte de la ex primera ministra Benazir Bhuto. A pesar del éxito de la operación en Waziristán del Sur, que duró varios meses, las fuerzas paquistaníes rechazaron entonces proseguir la operación en Waziristán del Norte. Se cree que en la región, que forma parte de las áreas tribales administradas federalmente por un Gobierno local, se encuentran al menos 10.000 integristas.

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