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martes, 31 de agosto de 2010

Irak: la guerra más cara desde la Segunda Guerra Mundial




En el preciso momento en el que Washington parece completar su retirada de Irak, y tan sólo algunas horas antes de que Barack Obama anuncie el fin de las acciones militares norteamericanas en el Golfo Pérsico, Observador Global le pone cifras al siniestro: la intervención iraquí es la incursión bélica más costosa de Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial.La intervención iraquí es la incursión bélica más costosa de Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial - APEl dato se desprende de un extenso documento titulado “Costos de las más grandes guerras estadounidenses”, recientemente elaborado por el Congreso de ese país. Allí se informa que la Guerra de Irak tuvo un gasto total de 784.000 millones de dólares, convirtiéndose así en la escalada norteamericana más grande de la historia si se excluye la coalición internacional contra el nazismo.
Luego de analizar este trabajo, no quedan dudas de que la pesadilla iraquí se ha convertido en el peor dolor de cabeza para Estados Unidos. Muy lejos parece haber quedado aquella frase de George Bush en el portaaviones Abraham Lincoln, cuando declaró la “misión cumplida” el 1° de mayo de 2003.
Si a la invasión a Irak también se le suman los dólares utilizados en Afganistán, entonces los gastos de la Guerra al Terrorismo –eufemismo utilizado por los legisladores norteamericanos para las intervenciones desde el 11-S– se elevan a la friolera de 1,14 billón de dólares. Se trata del mayor gasto militar utilizado por un solo país en toda la historia.
Para tener una aproximación de lo que representan tantos dólares usados para la guerra, sólo alcanza con advertir que la Organización de Alimentación y Agricultura de las Naciones Unidas (FAO) estima que 30.000 millones de dólares por año serían suficientes para acabar con el hambre en los países más pobres del mundo y para garantizarle alimentación básica a 862 millones de personas. Lamentablemente, hasta el momento, la FAO no ha logrado obtener esa cifra.
PLATA QUEMADA
El multimillonario derroche militar norteamericano en la lucha inaugurada por Bush hace siete años, equivale al 1,5 billón de dólares que todo el mundo gastó en armamento el año pasado, pero sigue estando muy lejos de lo que Estados Unidos tuvo que “invertir” en la Segunda Guerra Mundial. La confrontación más grande del siglo pasado le demandó a Estados Unidos un costo de 4,1 billones de dólares.
Sin embargo, el gasto en la Guerra de Irak supera ampliamente los 738.000 millones de dólares que Estados Unidos usó en la Guerra de Vietnam y duplica los 341.000 millones de dólares que fueron usados en la Guerra de Corea. Es también más del doble que los 334.000 millones de dólares utilizados por los ejércitos estadounidenses en la Primera Guerra Mundial y más de siete veces que los 102.000 millones de dólares que destinó George Bush padre a la Guerra del Golfo, la primera acción militar de Washington contra Saddam Hussein.
Muy lejos quedan, no obstante, los costos que Estados Unidos tuvo en la Guerra Civil (79,7 millones de dólares), en la Guerra Española (9 millones de dólares), en la Guerra de Independencia (2,4 millones de dólares), o en la Guerra Mexicana (2,3 millones de dólares). Se trata, sin embargo, de muchos pero muchos dólares puestos al servicio de lo que Noam Chomsky denominó el “imperio de la guerra permanente”.
Ocurre que según el Instituto Internacional para la Paz de Estocolmo, el presupuesto militar de Estados Unidos fue el año pasado de 661.000 millones de dólares. Es una cifra que representa un gasto más de seis veces mayor al que presenta el segundo país en ese ranking (China, con 100.000 millones de dólares), varias veces superior a su antiguo enemigo de la Guerra Fría (Rusia, con 53,3 millones de dólares), y muy por encima de las potencias de Europa (Francia: 63,3 millones de dólares; Gran Bretaña: 58,3 millones de dólares; y Alemania: 45,6 millones de dólares).
Sólo en ese contexto es posible entender aquella paradoja que protagonizó Obama cuando el año pasado aceptó el Premio Nobel de la Paz advirtiendo que “a veces” las guerras son necesarias. Desde hoy, Irak se libera de Estados Unidos. Pero para el mundo muy poco cambiará, porque los ejércitos estadounidenses seguirán gastando uno de cada tres dólares de los que se gastan en el mundo, en armamento.¿Cómo financiar una guerra privada?Por Maximiliano Sbarbi Osuna
A pesar del enorme gasto que generó la ocupación a Irak para el Estado norteamericano, se abrió una enorme posibilidad para los sectores privados, que fueron los que presionaron a los legisladores para que votaran a favor de la invasión en 2003.
Desde 1997, un grupo de republicanos, que había trabajado con el ex presidente Ronald Reagan y George Bush padre intentaron convencer al entonces mandatario Bill Clinton de que invadiera Irak. Sin embargo, la oportunidad se presentó en 2003 durante el mandato de George Bush hijo.
La implicación de altos funcionarios de la anterior administración en la reconstrucción, asesoramiento militar, venta de armas para la guerra y compañías que invierten en el sector energético, no ha terminado. Casos como los de las empresas Blackwater o Halliburton, que presta servicios en yacimientos petrolíferos y que está ligada estrechamente al ex vicepresidente Dick Cheney, permiten deducir que el costo de la guerra fue planeado para transferir fondos públicos a compañías privadas.
La guerra privada no termina con el retiro de las tropas norteamericanas, ya que el número de los contratistas militares privados está ascendiendo al doble, ya que pasaron de 3.500 a 7 mil.
Aunque los soldados invasores se replieguen, la financiación de nuevos proyectos con fondos públicos para beneficiar a las empresas privadas va a continuar. Se calcula que en 1.500 millones de dólares el costo de la construcción y el mantenimiento de consulados norteamericanos en las ciudades kurdas de Kirkuk y Mosul y en la ciudad sureña de Basora, que incluye además el contrato de guardias de seguridad permanentes y la compra de nuevo equipamiento militar.
Además, el entrenamiento de la policía va a costar unos 800 millones de dólares. Todo esto sin mencionar el costo de la presencia de 50 mil soldados hasta fines de 2011, que va a cooperar con el ejército nacional iraquí.
La invasión a Irak dejó un enorme déficit en la economía norteamericana, pero potenció de manera inimaginable las ganancias de corporaciones, que explotan las posibilidades económicas de Irak y que están protegidas en la zona verde de Bagdad por el ejército iraquí.
Fuera de las zonas militarizadas, la miseria, la violencia y la desolación es el resultado dejado por la invasión.
http://observadorglobal.com

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