espacioseuropeos.com (2/9/2010)
Mijaíl Marguélov, jefe de la comisión de Asuntos Internacionales del Senado ruso, declaró hoy a la agencia de noticiasRIA Novosti, que no se puede descartar que las tropas estadounidenses vuelvan a Irak: “Dependerá de los propios iraquíes si la retirada de las tropas estadounidenses anunciada por el presidente Obama será formal o real. Ante todo, dependerá de la capacidad del nuevo Gobierno iraquí de controlar la situación sin la ayuda de tropas extranjeras. De lo contrario, se firmará un acuerdo con EE. UU. sobre el regreso de sus tropas a Irak, manifestó el político ruso.
Ayer, Barack Obama anunció de forma oficial que la operación “Libertad Iraquí” había finalizado. No obstante, todavía quedan en Irak unos 50.000 soldados estadounidenses y otros tantos guardias de seguridad enrolados en las empresas contratistas.
Los militares que quedan lo hacen bajo el paraguas de la denominación de “fuerzas de transición”, que tienen por misión la de “entrenar y asesorar a las fuerzas de seguridad iraquíes”.
Mijaíl Marguélov considera que la comunidad internacional debe prestar ayuda a Irak a fin de que pueda “recuperar su vida normal. Hay que tener presente que la estabilidad en Oriente Medio tiene importancia global y no regional”, matizó el jefe de de la comisión de Asuntos Internacionales del Senado.
La misma fuente nos recuerda que las tropas de Estados Unidos entraron en Irak “bajo el pretexto de que Sadam Husein tenía armas de destrucción masiva. Hasta el presente no se han recibido pruebas irrebatibles de ello”.Según datos oficiales, las bajas militares estadounidenses en esa guerra han sido de unas 4.400, además de unos mil más de agentes de seguridad privada y especialistas de diversa condición. El número de bajas de militares y civiles iraquíes es incalculable, aunque varias fuentes la sitúan en más de 700.000 personas.
Para la agencia británica ORDB, el número de civiles y militares iraquíes muertos desde que comenzó la invasión de Irak, supera el millón de muertos.
El balance que deja Estados Unidos en Irak es de auténtica desolación. Un país sin gobierno, al borde de la guerra civil, sin sanidad, con las infraestructuras destruidas, malnutrición, paro, mortalidad infantil alta, tejido industrial destruido, corrupción. Eso sí, los recursos petrolíferos han quedado mayoritariamente en manos de las petroleras de Estados Unidos y Gran Bretaña.
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