contadores de visitas

domingo, 17 de octubre de 2010

Línea roja: Irán en alerta ante los "juegos políticos" de Rusia con EEUU

A pesar del carácter estratégico de sus alianzas en lo comercial y militar, la relación Moscú-Teherán va de mal en peor. La sesgada diplomacia rusa "multinegociadora" siembra de dificultades y de escollos el camino del régimen de los ayatolas, acorralado no solamente por el eje USA-UE-Israel sino también por el intrincado laberinto de la política exterior de sus aliados. Rusia y China, en sus constantes juegos de ida y vuelta con EEUU, complican permanentemente la piezas del frente iraní, y sus escarceos de "una de cal y otra de arena" en el Consejo de Seguridad de la ONU dejan continuamente a Teherán pedaleando en el vacío. La decisión del Kremlin de romper el contrato de entrega de los misiles S-300, vitales para la autodefensa iraní, terminó de desacomodar el tablero bilateral. Y las señales indican que Teherán está resuelto a jugar su peso  estratégico en el tablero de la guerra fría intercapitalista por la energía y los recursos estratégicos, donde Moscú tiene que mucho que perder sin la nación islámica como ladero.
Por Manuel Freytas (*)
IAR Noticias/
En una decisión que modificó  el escenario de un posible ataque USA-israelí a Irán, el presidente ruso, Dmitri Medvédev, prohibió la semana pasada por decreto el suministro a Teherán del sistema de misiles S-300, un arma clave para su defensa.
Los misiles S-300 podríanneutralizar el accionar de los cazas y bombarderos judeo-estadounidenses en un hipotético raid contra las usinas nucleares y las instalaciones militares de Irán.
Irán es una pieza clave en el escenario geopolítico militar de la guerra fría intercapitalista por la energía. los mercados y los recursos estratégicos que disputan en forma encubierta el eje Rusia-China con el eje EEUU-UE.        
Rusia y China (en planos separados) disputan con EEUU y la Unión Europea una guerra por áreas de influencia económica y conquista de mercados que se extiende por Asia, Medio Oriente, África y América Latina.
Estos dos frentes de conflicto, resumidos en un solo, resumen y vinculan  todos los conflictos (latentes o activados) de Asia, África, Medio Oriente y Europa del Este.
Debajo de este centro gravitante (el ombligo de la tercera guerra mundial) se ubican, a modo de emergente encadenado, todos los conflictos (militares, políticos o económicos) que se suscitan y están activos en Asia, Africa, Europa y América Latina.
Este es el punto central para entender ordenada y lógicamente los últimos  movimientos de piezas que está realizando EEUU, tanto en el espacio ruso como en el espacio chino.
Los factores detonantes que convierten a estos dos frentes de conflicto en uno solo, son Irán y el conflicto del mundo islámico con Israel (la mecha de encendido hacia cualquier desenlace militar futuro).
En el terreno geoeconómico, la razón central de las disputa son las fuentes y las rutas de la energía y del petróleo, y las alianzas por el control de los mercados.
Señales en Teherán
El contrato de suministro de misiles antiaéreos S-300 a Irán fue suscrito a finales de 2007. Rusia debía entregar cinco unidades del sistema S-300PMU-1 por un total de $800 millones.

El 22 de septiembre de 2010, el presidente ruso Dmitri Medvédev firmó un decreto que prohíbe, en particular, suministrar a Irán misiles S-300, equipos blindados, aviones de combate y buques de guerra en cumplimiento de la resolución 1929 de la ONU.

El martes, el portavoz del Ministerio iraní del Exterior, Ramin Mehmanparast, señaló que Rusia debe cumplir con el  compromiso contractual de la venta de misiles S-300, según la agencia oficial de noticias IRNA.
La negativa de Rusia a suministrar misiles antiaéreos S-300 a Irán demuestra que Moscú participa en los juegos políticos de Washington, dijo este jueves el portavoz del Ministerio iraní de Asuntos Exteriores, Ramin Mehmanparast.

"La negativa significa que Moscú está participando en los juegos políticos de Washington. Rusia ha suspendido la entrega de los misiles en virtud de la resolución 1929 del Consejo de Seguridad de la ONU, una resolución ilegítima e injusta que, además, no establece restricciones para los suministros de armamento defensivo", dijo Mehmanparast citado por la agencia oficial IRNA.

El contrato de suministro de misiles antiaéreos S-300 a Irán fue suscrito a finales de 2007. Rusia debía entregar cinco unidades del sistema S-300PMU-1 por un total de US$800 millones.
El sistema de misiles antiaéreos S-300 de alcance medio se considera hoy el más eficaz para proteger centros industriales, bases militares y puestos de mando de ataques de misiles de todo tipo, incluidos misiles balísticos.

El S-300, en su modificación más reciente, es capaz de abatir aviones a distancias de hasta 150 km y alturas de hasta 27 km. Según expertos, el sistema ruso supera por sus principales características el sistema estadounidense Patriot desplegado en varios países incluido Israel.

El 22 de septiembre de 2010, el presidente ruso Dmitri Medvédev firmó un decreto que prohíbe, en particular, suministrar a Irán misiles S-300, equipos blindados, aviones de combate y buques de guerra en cumplimiento de la resolución 1929 de la ONU.

El ministro iraní de Defensa, Ahmad Vahidi, señaló el lunes pasado que Moscú ha "socavado la confianza de Irán hacia Rusia" y que la negativa a suministrar los S-300 evidencia la "incapacidad de Rusia de ser independiente en la solución de asuntos tan sencillos".

Desde la semana pasada, desde Teherán están partiendo señales indicativas de que el régimen de los ayatolas va a ir levantando gradualmente la puntería para presionar a Moscú a que cumpla con sus acuerdos militares, más allá de la presión ejercida por la UE e Israel.
Irán y el "gran juego"
Irán es una pieza clave del "Gran Juego", y mueve sus propias piezas en el teatro de operaciones de la guerra intercapitalista encubierta por áreas de influencia que se disputa (en distintos niveles operativos) desde Eurasia y los ex espacios soviéticos hasta el Medio Oriente.
La importancia estratégica de Irán, en el tablero de la guerra fría intercapitalista se da por dos razones principales:
A) La nación islámica conforma  una llave estratégica para el dominio y control militar  del llamado "triángulo petrolero" (Mar Negro-Mar Caspio-Golfo Pérsico), donde se concentra más del 70%  la producción petrolera y gasífera mundial, un elemento clave para la supervivencia futura de las potencias capitalistas del eje USA-UE.
B) Irán, que controla el Estrecho de Ormuz, por donde pasa el 40% de la producción mundial petrolera, además -con su posibilidad de tener un bomba nuclear- pone en peligro la supervivencia del Estado de Israel y la supremacía del control económico, geopolítico y militar estratégico del poder imperial USA-UE en la decisiva región del Medio Oriente y del Golfo Pérsico.
Así como Rusia representa para el eje USA-UE la "barrera" geopolítica y militar a vencer para la conquista de Eurasia y de sus recursos energéticos (vitales para la supervivencia futura del eje USA-UE), Irán es la piedra que hay que remover para complementar el control sobre las rutas y  las reservas energéticas del Medio Oriente.
Por lo tanto, y desde el punto de vista de intereses estratégicos concretos, Irán juega un papel central en la relación de fuerzas que a escala mundial definen el marco de la guerra fría por la energía, los mercados y los recursos estratégicos del planeta. 
Rusia (tanto como China) necesitan de Teherán, tanto como el régimen de los ayatolas necesita de Moscú para 
sobrevivir en su cruzada de reconversión en potencia nuclear.

Una situación que es rechazada, paradojalmente, tanto por el eje USA-UE como por el eje Rusia-China que la ultima resolución del Consejo de Seguridad votó las  sanciones contra el programa nuclear iraní en sintonía con EEUU, Francia y Reino Unido.
En este marco, y a pesar del carácter estratégico de sus alianzas en lo comercial y militar, la relación Moscú-Teherán va de mal en peor.
La sesgada diplomacia rusa "multinegociadora" siembra de dificultades y de escollos el camino del régimen de los ayatolas, acorralado no solamente por el eje USA-UE-Israel sino también por el intrincado laberinto de la política exterior de sus aliados.
Rusia y China, en sus constantes juegos de ida y vuelta con EEUU, complican permanentemente la piezas del frente iraní, y sus escarceos de "una de cal y otra de arena" en el Consejo de Seguridad de la ONU dejan continuamente a Teherán pedaleando en el vacío.
La decisión del Kremlin de romper el contrato de entrega de los misiles S-300, vitales para la autodefensa iraní, terminó dedesacomodar el tablero bilateral.
Y los ayatolas, como sostienen esta semana algunos expertos rusos, se aprestan a jugar su capacidad de presión contra Moscú. Que no es poca cosa.
Y las señales indican que Teherán está resuelto a jugar su peso  estratégico en el tablero de la guerra fría intercapitalista por la energía y los recursos estratégicos, donde Moscú tiene que mucho que perder sin la nación islámica como ladero.

(*) Manuel Freytas es periodista, investigador, analista de estructuras del poder, especialista en inteligencia y comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados en la Web.
Ver sus trabajos en Google y en IAR Noticias



No hay comentarios: