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jueves, 2 de diciembre de 2010

ANUNCIAN MÁS EJERCICIOS Y MÁS ALARMAS EN EL MAR AMARILLO



Al concluir las maniobras bélicas conjuntas con Estados Unidos en el Mar Amarillo, el mando político de Corea del Sur decidió incrementar el presupuesto de Defensa para el año que viene en unos 29.000 millones de dólares, y llevar a cabo dos ejercicios más hasta finales de este mes de diciembre.

Estas nuevas maniobras implicarán el uso de fuego real y proyectiles de combate en varias zonas marítimas que Seúl considera como suyas, incluidas las próximas a las costas pertenecientes a Pyongyang. Con ellas el Gobierno y el mando militar pretenden reforzar la defensa ante supuestas provocaciones norcoreanas, según informó la agencia Yonhap. Vistas como una respuesta al ataque artillero de la semana pasada a la isla de Yeonpyeong, controlada por los surcoreanos, que pueden en cualquier momento servir de pretexto para una nueva escalada del conflicto permanente entre ambas partes.

De acuerdo con la postura oficial norcoreana respecto a la línea de demarcación en el mar, ésta no tiene fundamento alguno y sólo existen las denominadas aguas territoriales de ambos países, previstas por el derecho internacional. Mientras, Seúl intenta conseguir que el Norte respete sus derechos exclusivos sobre todas las islas y la zona marítima subyacente a la línea costera norcoreana en el Mar Amarillo, siempre que esté por debajo del paralelo 38. Esta divergencia, fuente formal para las tensiones actuales, efectivamente no podría ser resuelta, si no es a base de buena voluntad.

Pero en vez de unos pasos adelante se prevé un nuevo intercambio de provocaciones, puesto que el último día de noviembre sucedió el respectivo intercambio de amenazas. Así, el periódico principal norcoreano, Nodong Sinmun, denunció que Seúl organizó deliberadamente la provocación en la zona de Yeonpyeong-do, en espera de que la República Popular Democrática de Corea “no reaccione al fuego artillero de las baterías surcoreanas”. En este caso las autoridades vecinas podrían sacar cierta conclusión de un “reconocimiento silencioso” (es decir, de hecho) por Pyongyang de la línea norteña de delimitación (LND). Pero las Fuerzas Armadas Revolucionas “frustraron los planes del Gobierno de títeres de Seúl, al responder con un poderoso contraataque a la provocación del enemigo con fines de defensa y protección de la dignidad nacional y la soberanía del país”, según explicó el periódico.

Nodong Sinmun aseveró que la república norcoreana “nunca admitirá la LND, trazada a través de la zona marítima de la RPDC como una línea de demarcación”. Es más, el artículo contiene una clara precaución: “Si Corea del Sur no ha aprendido una lección útil para sí del incidente de 23 de noviembre, la RPDC emprenderá de nuevo los más decisivos pasos para resistir a las provocaciones de aquel régimen”.

Al igual que en otros estados de la región, los expertos de seguridad de Rusia entrevén un peligro —y ahora lo estudian detalladamente— en los programas atómicos norcoreanos, pero no sería directo, sino pasivo. Si uno atacase una de las plantas de energía nuclear en Yongbyon (la principal piedra obstáculo para la reintegración de Corea del Norte en la comunidad mundial) o en cualquier otro lugar del territorio de la república, incluso con armas convencionales y no deliberadamente, la nube contaminada con inminencia afectaría a los territorios chino y ruso. Esta es la mayor razón para que ambos países traten de redirigir el conflicto peninsular hacia un curso pacífico.



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