El fundador del portal web Wikileaks, Julian Assange, que fue liberado bajo fianza por decisión de los tribunales británicos pese a la apelación de los fiscales, salió de la cárcel de Londres. A partir de ahora Assange deberá llevar una pulsera electrónica y personarse diariamente en una comisaría hasta el 11 de enero, cuando se celebrará una nueva revisión de la causa.
Assange permaneció arrestado en una cárcel de Londres desde la semana pasada por presuntos delitos sexuales por los que la Fiscalía de Suecia solicita su extradición. Hace unos días, el hombre que sigue irritando a las autoridades norteamericanas, podría haber salido ya de la cárcel, ya que un juez británico estaba dispuesto a otorgarle la libertad bajo fianza a cambio de 235.000 euros (unos 315.000 dólares) en efectivo. Suecia solicitó entonces que Assange permaneciera bajo custodia hasta su posible extradición.
A pesar de la decisión positiva del tribunal británico, la libertad de Assange estará bastante limitada. Tendrá que llevar una pulsera electrónica de localización, presentarse cada día en comisaría y entregar a los polícias toda la documentación que le permitiría salir del país. El fundador de WikiLeaks permanecerá en la casa del ex militar Vaughan Smith, fundador del club periodistico de Londres Frontline.
La organización de Julian Assange continúa con sus polémicas revelaciones en varios sitios de Internet que funcionan como 'espejos' de WikiLeaks (página que ha sido atacada varias veces por 'hackers'), lo que desde luego no puede dejar de preocupar al Gobierno de Estados Unidos. Debido al hecho de que el antiguo pirata informático de 39 años de edad tiene la ciudadanía australiana, los norteamericanos no pueden presentar acusaciones contra él por perjudicar sus intereses a causa de la información confidencial publicada en la red.
Suecia quiere procesar a Assange por unos presuntos delitos sexuales e insiste en su extradición, lo que según algunas fuentes puede ser sólo una etapa intermedia para ser posteriormente deportado a 'la tierra de la libertad'. Las autoridades estadounidenses tampoco pierden el tiempo: mientras la decisión sobre su extradición a Suecia no está tomada todavía, el Departamento de Justicia norteamericano trata de encontrar alguna vía para juzgarle en su territorio por espionaje. Los fiscales federales están buscando alguna prueba que demuestre que el australiano conspiró con un ex analista de inteligencia del Ejército estadounidense y le ayudo a extraer archivos militares clasificados desde un sistema informático del Gobierno. En ese caso el fundador de WikiLeaks ya podría ser acusado como conspirador en la filtración y juzgado por violaciones de la Ley de Espionaje.
El australiano está dando algunos pasos preventivos para cubrirse las espaldas: ahora WikiLeaks dice en su portal que “acepta documentos, pero no los demanda” y la frase “enviar el material clasificado a WikiLeaks es seguro, sencillo y está protegido por la ley” ha sido sustituida por “enviar documentos a nuestros periodistas está protegido por la ley en las mejores democracias”.
Desde hace ya algunos meses los escándalos por las filtraciones de WikiLeaks inquietan a varios países del mundo y todo parece indicar que esto va a seguir siendo así durante algún tiempo.
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