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jueves, 16 de diciembre de 2010

WikiLeaks pone en un aprieto a la OTAN ante Rusia



Las filtraciones diplomáticas de WikiLeaks han ensombrecido el histórico acuerdo alcanzado en Lisboa entre Rusia y la OTAN que abrió una nueva página en las relaciones entre ambos centros de poder. Según el polémico portal, la Alianza elaboró un detallado plan de defensa de los países bálticos y Polonia en previsión de una agresión militar por parte de Moscú. El bloque aliado habría tomado esa decisión tras la guerra ruso-georgiana por el control de la separatista Osetia del Sur (agosto de 2008), la primera intervención militar rusa en el exterior desde la caída de la Unión Soviética, que disparó los temores de los países de Europa Oriental que ingresaron en la OTAN en 1999 y 2004.

Rusia, que se había tomado hasta ahora con bastante filosofía las revelaciones de WikiLeaks, reaccionó de inmediato a las noticias pidiendo explicaciones a la Alianza. "Rusia tiene derecho", aseguró Serguéi Lavrov, ministro de Asuntos Exteriores ruso. "Con una mano la OTAN acuerda (...) la cooperación conjunta con Rusia y con la otra decide a nuestras espaldas que hay que defenderse de nosotros. ¿Cuándo es la Alianza más sincera?", señaló. Lavrov criticó el hecho de que ese plan fuera diseñado a finales de 2009 coincidiendo con la reanudación de los contactos tras un año de suspensión y la primera visita a Moscú del nuevo secretario general aliado, y que recibiera el visto bueno el 19 de noviembre durante la cumbre aliada de Lisboa, que se celebró en víspera de la reunión OTAN-Rusia.

El embajador ruso ante la OTAN, Dmitri Rogozin, exigió a la Alianza que suspenda el plan, al considerar que se contradice con el compromiso adquirido en la capital portuguesa de cooperar en defensa antimisiles y en el análisis conjunto de las amenazas contra la seguridad del continente. Por su parte, la Cancillería destacó que Rusia no ha sino reducido en los últimos años la presencia de armamento pesado en el enclave de Kaliningrado, limítrofe con Polonia y Lituania.

El plan aliado "Eagle Guardian" contemplaría el despliegue de varias divisiones aliadas, tropas de asalto -incluido marines estadounidenses- y buques de guerra en puertos alemanes y polacos (Gdansk). Además, los bálticos exigieron a los aliados que se comprometieran a prorrogar durante varios años el patrullaje del espacio aéreo de las tres ex repúblicas bálticas con cazas franceses, españoles y de otros países. Según WikiLeaks, la Alianza decidió dejar de hacer oídos sordos a las demandas bálticas tras la guerra en Osetia.

El secretario general aliado, Anders Fogh Rasmussen, quien balbuceó cuando le preguntaron por las revelaciones de WikiLeaks, se limitó a insistir que Rusia no representa una amenaza para el bloque militar occidental. Mientras, el nuevo director del centro de información aliado en Moscú, Robert Pszczel, no sólo no negó los planes, sino que aseguró esta semana que la OTAN tiene programas de defensa para todos los países limítrofes con Rusia y seguirando elaborando otros nuevos en línea con el principio de seguridad colectiva que rige el bloque. "Rusia también tiene planes de defensa", adujo.

Curiosamente, el presidente ruso, Dmitri Medvédev, viajó recientemente a Polonia en la primera visita de un jefe del Kremlin en ocho años y que estuvo destinada a disipar las tensiones bilaterales acumuladas durante años. Las relaciones entre ambas partes han mejorado considerablemente desde que Donald Tusk asumió el cargo de primer ministro polaco. Rusia ha reconocido públicamente que los servicios secretos soviéticos cometieron la matanza de Katyn, uno de los principales puntos de disensión entre ambos países, y cooperado estrechamente con Varsovia en la investigación de la muerte del presidente polaco, Lech Kaczynski, en el trágico accidente aéreo de abril pasado en la región de Smolensk en el que también fallecieron otras 96 personas, incluido la cúpula militar del país.

Recientemente, Rusia había criticado a Washington por desplegar misiles Patriot en Polonia cerca de la frontera con Kaliningrado. EEUU también ha abierto una base limitar en Morag, ciudad polaca situada a menos de 100 kilómetros de la frontera rusa, que será permanente a partir de 2012.

En cuanto a los bálticos, éstas repúblicas y Rusia siguen viviendo de espaldas. Esas tres pequeñas repúblicas han intentado forjar un frente común tanto en la OTAN como en la Unión Europea para mantener las mayores distancias posibles con Moscú. Con todo, los principales países europeos de la Alianza y de los Veintisiete, como Francia, Alemania, España e Italia, están a favor de cooperar con Rusia.

Ahora, adquiere más actualidad si cabe la propuesta rusa de firmar con la Alianza un acuerdo vinculante que limite el despliegue de tropas y armamento en el territorio de los nuevos países aliados. Es decir, los bálticos y los antiguos miembros del Pacto de Varsovia no podrían acoger más de 41 tanques o 188 blindados o 90 piezas de artillería o 24 aviones de guerra o 24 helicópteros de asalto. El Kremlin considera que esas garantías militares son una necesaria medida de confianza si la Alianza quiere realmente cooperar con Moscú en materia de seguridad.

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