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miércoles, 23 de mayo de 2012

El secreto ruso


Ángel Tafalla es Almirante. Ex segundo Jefe del Estado Mayor de la Armada y del Mando Marítimo OTAN de Europa Sur



EL SECRETO RUSO


Ahora que la cumbre OTAN de Chicago ha enfocado la atención pública mundial sobre el llamado escudo antimisil de Europa es quizás un buen momento para elucubrar sobre un secreto, al menos lo es para mí: cuál es la razón por la que los rusos se oponen tan vehementemente a dicho escudo antibalístico.

Es un tema complejo este de la ABMD o defensa contra los misiles balísticos. En el número de julio de la Revista ATENEA dedico un artículo a ella, por lo que aquí tan solo voy a dar un brochazo centrado en las posibles causas de esta oposición rusa, que, por cierto, va acompañada de amenazas.

La razón oficial alegada por los rusos es que el sistema ABDM OTAN de Europa anula su capacidad disuasoria nuclear. Esto no es así, como intento demostrar en el citado artículo, básicamente por el elevadísimo número de cabezas termonucleares -1.550- que el nuevo tratado SALT les permite mantener a los rusos. Los misiles interceptadores norteamericanos no son capaces -de momento- de interceptar a los intercontinentales ICBM rusos; tampoco el número de los interceptadores dedicados a la defensa europea serían capaces de detener una salva de tan enorme dimensión.

Pero existe un gran PERO: si en el futuro Rusia no fuera capaz de mantener ese nivel de 1.550 cabezas por razones económicas, entonces sí que el escudo que se está diseñando, en su tercera fase, sería concebible que pudiera impermeabilizar no solo Europa sino EEUU. Si alcanzáramos este punto -todavía muy lejano- Rusia quedaría teóricamente expuesta a un primer golpe de contrafuerza contra sus lanzadores de ICBM. Para llegar a esta situación tendría que disminuir mucho el número de misiles rusos y quedarse sin los lanzados desde submarino, que son prácticamente invulnerables preventivamente, pero quizás sea este el origen del temor ruso. Miedos no basados en la capacidad OTAN/EEUU, sino en su propio declive.

¿Será esta la causa secreta de la fiera oposición rusa?

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