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lunes, 14 de mayo de 2012

Las FARC, dispuestas a liberar al periodista francés secuestrado hace 15 días


EFE, La Habana

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) anunciaron ayer que están dispuestas a liberar al periodista francés Romeo Langlois, secuestrado hace 15 días, informó Prensa Latina.

En su reporte, fechado en Bogotá, cita un comunicado del secretariado las FARC-EP donde se subraya que "en aras de garantizar aún más su vida e integridad, proponen entregarlo (a Langlois) en un lugar seguro a una comisión formada por la Cruz Roja Internacional, la senadora Piedad Córdoba y un delegado personal del nuevo presidente de Francia Francois Hollande".

El texto expresa que "una vez libre, el periodista Langlois podrá terminar de cumplir con el papel esperado por el Gobierno de Colombia, sus fuerzas militares y los grandes medios".

"De lo contrario, podrá permanecer fiel a su conciencia y referir la verdad; si fuera este el caso, pudiera ser que los mismos que hoy exigen su libertad inmediata se ensañen con él hasta destruirlo por completo".

Señala que "aprehender en medio de un combate a quien en una operación militar viste uniforme del enemigo y lo acompaña, en nada lesiona nuestro preciso compromiso. Solo una visión sesgada puede considerarlo un secuestro".

"Cada vez es mayor el número de personal militar y paramilitar estadounidense o a su servicio que interviene en la guerra civil colombiana, y los mandos militares se ufanan de usar infiltrados y espías para propinarnos golpes severos", indica el documento.

También sostiene que "es evidente que en casos como este, las FARC-EP tiene pleno derecho a detener e investigar, trátese de un nacional o un extranjero".

En las últimas semanas las FARC han sido criticadas por el Gobierno y por organizaciones nacionales y extranjeras al secuestrar, desde el 28 de abril, al periodista Romeo Langlois, corresponsal del canal France 24 y el diario Le Figaro.

El reportero fue retenido por las FARC en medio de un combate entre guerrilleros con policías y militares, a los que Langlois acompañaba para filmar un operativo de destrucción de laboratorios de drogas.

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