THE ASSOCIATED PRESS
BRASILIA -- Las empresas aeronáuticas Embraer, de Brasil, y la estadounidense Boeing firmaron el martes un acuerdo de cooperación para compartir conocimientos técnicos y evaluación de mercados para el desarrollo del avión de carga militar brasileño KC-390.
Se trata de un proyecto de la Fuerza Aérea brasileña que contrató a Embraer para desarrollar el avión, que pretende convertirse en la mayor aeronave producida por la industria brasileña. El país suramericano ha buscado socios en países europeos y latinoamericanos para producir el avión.
"Esta colaboración combina la comprobada excelencia de Boeing en aeronaves de transporte militar con las realizaciones del KC-390 de Embraer, para avanzar aún más en esta aeronave altamente capacitada", comentó Dennis Muilenburg, presidente de Boeing Defense, Space and Security, al firmar el acuerdo, según un comunicado de Embraer.
El acuerdo forma parte de un pacto más amplio firmado por las dos empresas en abril, cuando anunciaron la cooperación en diversas áreas, como el desarrollo de componentes para aviones comerciales que aumenten su seguridad y eficiencia, investigación, tecnología y uso de biocombustibles par la aviación.
"Boeing tiene una gran experiencia en aeronaves militares de transporte y reabastecimiento de combustible en vuelo, así como un profundo conocimiento de clientes potenciales para el KC-390", comentó Luiz Carlos Aguiar, presidente de Embraer Defensa y Seguridad.
Embraer quiere convertir el KC-390 en el principal avión de transporte militar en el mundo, ocupando el lugar que ha tenido el Hércules C-130J de la estadounidense Lockheed Martin.
El avión, en desarrollo desde abril de 2009, pretende establecer nuevos patrones para aviones de transporte militar en términos de desempeño, capacidad de carga, flexibilidad y costos de operación, señaló Embraer en un comunicado.
La estadounidense Boeing es una de tres empresas internacionales que disputan la venta de 36 aviones de combate a Brasil. Boeing participa en la competencia con el F/A-18 Super Hornet.
Los otros aviones en la disputa son el Rafale de la francesa Dassault y el Gripen NG de la sueca Saab. La operación está calculada en al menos 5.000 millones de dólares.
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