La foto está captada por cazasyhelicopteros.blogspot.com.es
Corbis EE.UU. está ampliando considerablemente su base militar clandestina de drones en el Cuerno de África para llevar a cabo ataques contra países en Oriente Medio y el norte del continente africano. Según el reciente informe del diario ‘The Washington Post’, durante los últimos dos años el Pentágono ha convertido al antiguo puesto militar francés de Camp Lemonnier, situado en la República de Yibuti, un pequeño país al este del continente, en “la base de drones de asalto más activa fuera de la zona del conflicto en Afganistán”. Base clave De acuerdo al informe, Washington, que busca "intensificar aún más las operaciones de drones durante los próximos meses, ha tomado medidas extraordinarias para mantener en secreto los detalles del programa de asesinatos selectivos”, que tienen lugar en Camp Lemonnier.
Se trata de la base principal, entre la media docena de centros militares similares en el continente africano, que cuenta ahora con un extenso complejo de hangares para ocho aviones no tripulados Predator y ocho cazabombarderos F-15E, así como múltiples aviones de combate. El diario afirma que próximamente la base alojará a unos 3.200 militares, civiles y contratistas estadounidenses que, entre otras cosas, serán los encargados de entrenar a las tropas extranjeras.
Proyecto millonario
De acuerdo al diario, el reciente fortalecimiento de las actividades militares de Camp Lemonnier corresponde a un proyecto de 1.400 millones de dólares presentado ante el Congreso estadounidense en agosto pasado por el Departamento de Defensa, en el cual se detalla que las operaciones se llevarán a cabo desde esta base durante los próximos 25 años. Citando fuentes del Pentágono, el medio precisa que la situación geográfica de la base, que se encuentra entre los países del este de África y la Península Arábiga, permite a los drones estadounidenses entrar en el espacio aéreo yemení o somalí en cuestión de minutos. Actualmente los aviones no tripulados de EE.UU. están desplegados en países como Afganistán, Pakistán, Yemen, Etiopia, Kenia, Somalia y las Islas Seychelles, donde realizan campañas de bombardeos aéreos no autorizados. Pese a que Washington alega que estos ataques van dirigidos contra terroristas, las cifras oficiales de bajas revelan que este tipo de operaciones aéreas dejan un autentico reguero de víctimas civiles.
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