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Julio Garulo viernes, 16 de noviembre de 2012
Austria firmó en 2003 un contrato de 2.500 millones de euros para la adquisicón de 18 aviones Eurofighter y el sistema de apoyo necesario.
Los aviones estaban fabricándose en 2006, cuando el partido de izquierdas SPO, en cuya campaña electoral se incluía la cancelación del contrato, entró en el gobierno de coalición. Esto condujo a una seríe de tensas negociaciones en Austria y luego con EADS, que condujeron a un acuerdo en 2007, por el que Austria adquiría 15 aviones a un precio final de 1.630 millones de euros, que recibiría el apoyo logístico y de adiestramiento de Alemania.
Con la entrega del último avión en 2009, parecían haber acabado los problemas.
Sin embargo, en este mes la policía austriaca ha registrado la casa de Frank Walter P., cuyas empresas estaban implicadas en el acuerdo de adquisición y que eran empresas pantalla y hay sospechas de que estas empresas eran un medio para el pago de sobornos a políticos austriacos. N el mandamiento judicial se indica que hay un soborno colectiov en coincidencia con una roptura de confianza agravada, por un rotura de la confianza en relación con 113,5 millones de euros en contradas en una serie de empresas.
La realidad supera a la ficción en este caso, dado que la apertura del caso parece sacada de una novela: un italiano arrestado por estafador siguiendo el esquema de Ponzi (el mismo de Madoff) estafó a la mafia calabresa; para protegerse de ésta, contó a la policia que había creado una red de empresas para una gran empresa alemana, con una compañía en Londres como centro, Vector Aerospace LLP. En las declaraciones del italiano se nombraban a personas de EADS.
Uno de los documentos del acuerdo clasificado se refiere a un artículo del código penal austriaco, que prohibe los sobornos, si se probase que ha habido sobornos se anularía el contrato, los aviones se devolverían a EADS y se devolverían los pagos realizados por Austria. No obstante, el gobierno austriaco podría renegociar el contrato.
Asimismo el escándalo podría suponer la dimisión del consejero delegado de EADS Tom Enders, que la semana pasada escribió una carta a los directores de EADS indicando que la compañía quiere contratos, pero no a cualquier precio, porque no se pueden quebrantar la legislación y que en los últimos años EADS había impulsado el departamento de cumplimiento de normas para asegurar que todas las transacciones de negocios de la empresa para garantizar que son legitimos.
También en Alemania, la policía ha registrado domicilios y oficinas de EADS en tres ciudades, lo que podría significar que políticos alemanes han podido participar en el escándalo. Y un juicio por corrupción en EADS no es lo que más interesa al gobierno alemán, en un momento en que ha sido acusado de haber impedido la fusión de EADS con BAE Systems y cuando intenta aumentar su participación en EADS al 15%, para aumentar su poder e influencia en la empresa.
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