“Los robots asesinos se ciernen sobre nuestro futuro si no se toman medidas para prohibirlos ahora”, advierte Jody Williams, ganadora del Premio Nobel de la Paz en 1997, que apoya la campaña. “Sé que podemos detenerlos antes de que lleguen al campo de batalla”, asegura la Williams conocida por su trabajo en favor de la prohibición del uso de minas antipersonales.
Partiendo para su diseño de la tecnología de los drones, máquinas como esas podrían llegar a construirse en menos de una década, alerta Noel Sharkey, de la Universidad inglesa de Sheffield. “No son ciencia ficción, ya están en desarrollo”
Las máquinas no sentirán compasión ni miedo
“La idea es que serán esas máquinas las que buscarán el blanco y decidirán si destruirlo o no”, pero los robots más avanzados hasta el momento, tienen dificultades para distinguir incluso a "un
coche de un ser humano", por lo que con más razón no diferenciarán a un niño con una piruleta en la mano de un adulto con una pistola, considera el especialista. “Ya hemos visto la incompetencia en el uso de aviones no tripulados, los operadores cometen muchos errores y no son supervisados adecuadamente”, añade.
Sharkey también critica el argumento de que los robots autónomos permitirían disminuir las bajas humanas. Admite que probablemente no moriría ningún soldado de una de las partes en conflicto, ya que “las armas robóticas autónomas no se cansarán, ni buscarán venganza por la muerte de su colega”. Pero las víctimas de la otra parte podrían ser aún más numerosas ya que, “al igual que mi lavadora” las máquinas no sentirán compasión ni miedo.
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