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martes, 26 de octubre de 2010

Ronda final del concurso de suministro de buques de asalto anfibio para Rusia



 Xornal de Galicia Marítimo Pesquero | Domingo, 24 Octubre, 2010 - 11:53 
El Jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Rusia, el general Nikolái Makárov, ha hecho pública la lista de países que participarán en el concurso de adjudicación del contrato de suministro de buques de desembarco anfibio para la Marina de Guerra rusa 
En la fase final con Rusia estarán Francia, con su conocido buque anfibio tipo Mistral, España y los Países Bajos.

En este material intentaremos desentrañar las virtudes que los armadores de estos países han puesto en los modelos de buques ofertados a la Armada rusa, que pasan por ser los más populares y más adquiridos del mundo. Los buques de desembarco anfibio están de moda y gozan de una gran demanda en el mercado internacional. 
Si le damos un pequeño repaso a la historia de este tipo de naves, entenderemos mejor las razones por las que Rusia los quiere para completar los arsenales de su Armada.
Los primeros buques de desembarco anfibio fueron desarrollados en EEUU durante la Segunda Guerra Mundial. Estas naves de la clase LST (Landing Ship Tanks), podían llegar directamente a la playa y desembarcar tropas y equipo, pero tenían serias deficiencias.

La mayoría de las playas no eran aptas para tales desembarcos y, además, un buque amarrado cerca de la costa era un blanco ideal para el enemigo. Por consiguiente, fue necesario rediseñar estas naves para conseguir alejarlas de la costa y/o lograr que fondearan en otros lugares de la línea de costa.

Los helicópteros, cuya producción en masa comenzó a finales de la Segunda Guerra Mundial, desempeñaron un papel muy importante en la evolución de las citadas operaciones. A principios de los 1950, estos aparatos se hicieron muy populares como medio de transporte multifuncional y de apoyo aéreo.

Las lanchas de desembarco, capaces de transportar armamento e infantes de marina de un buque a la costa, también resultaron ser muy eficaces. Para llevar estas lanchas a las zonas de desembarco se utilizaba un buque dique.

El buque de desembarco anfibio, en esencia, combina las principales características de los diques flotantes y los portahelicópteros de desembarque provistos de una cubierta de vuelo que ocupa todo el casco.

Hoy en día, las naves estadounidenses de esta clase son las mejores del mundo. Superan en dimensiones a los modelos análogos extranjeros y pueden transportar más tropas, helicópteros y demás equipo. Pero son demasiado caros y su venta en el mercado internacional está prohibida.

Entre los buques anfibios europeos, mención aparte merece el portahelicópteros francés tipo Mistral que, según los expertos, es un modelo muy adecuado para la Marina de Guerra rusa.
Este buque de mando tiene un desplazamiento de 21.300 toneladas y se adapta a diversos tipos de operaciones, incluidas misiones en conflictos locales.
Los Mistral son más económicos y tienen un armamento inferior al de los buques estadounidenses de la misma clase pero, como contrapartida, pueden cumplir misiones de larga duración en teatros de operaciones alejados estando, en permanente disponibilidad operacional.
Los buques franceses pueden transportar 450 ó 900 soldados y 16 ó 30 helicópteros. La segunda opción implica una reducción en el confort y la autonomía de navegación.
El Mistral también puede usarse como buque de mando, hospital flotante, base de apoyo logístico en operaciones de paz y situaciones de emergencia.

Como defectos de la candidatura del proyecto francés hay que apuntar que debe someterse a sensibles modificaciones para adaptarlo a las necesidades de la Marina de Guerra rusa, incluyendo el refuerzo del forro contra el hielo y la subida del hangar en 17 centímetros para emplazar los helicópteros Kamov en la cubierta de carga. Además, el buque deberá estar equipado con los sistemas rusos de defensa antiaérea.

Apostando por el Mistral como la mejor opción para Rusia, los altos mandos de las Fuerzas Armadas rusas buscan adquirir no sólo el propio buque, sino también la tecnología de construcción, además de tener acceso a los modernos sistemas europeos de mando, navegación y comunicación.

Durante los próximos 10 ó 15 años, Rusia planea adquirir dos portahelicópteros Mistral y la respectiva licencia para construir dos navíos más de esta clase en astilleros rusos.
El buque de asalto anfibio español Juan Carlos I también tiene unas características impresionantes. Con un desplazamiento de 27.000 toneladas es más grande que el Mistral y puede transportar no sólo helicópteros, sino también cazas de despegue corto y aterrizaje vertical tipo Harrier o F-35.

Sin embargo, es poco probable que Rusia elija estos buques para su Armada, porque no produce y ni siquiera ha comenzado a desarrollar sus propios modelos de aviones de despegue vertical. Por otra parte, es imposible adherirse al programa de desarrollo de los cazas estadounidenses F-35 de quinta generación por razones evidentes. Y el Juan Carlos I pierde la mayoría de sus ventajas sin estos cazas.

El proyecto holandés Rotterdam es un serio rival del Mistral. Pertenece a la clase de portahelicópteros dique de asalto anfibio. A diferencia de los buques de desembarco anfibio, estos navíos carecen de cubierta de vuelo y cubierta de hangar, pero están dotados de una pista para el despegue de helicópteros desde la cubierta de popa.

El Rotterdam tiene un menor desplazamiento que el Mistral (13.000 toneladas frente a 21.000), puede transportar menos helicópteros (4 frente a 16) y cuesta menos. Por otro lado, este portahelicópteros de asalto moderno dispone de un auténtico dique de operaciones y es capaz de desembarcar y servir de apoyo a todo un batallón de la Infantería de Marina (hasta 450 efectivos) con todo su armamento y material. Pero el Mistral está provisto de un ala aérea más eficaz…y, además, el proceso de cooperación entre Rusia y Francia es uno de los de mayor peso en toda la política europea, por esa razón es muy probable que la opción francesa se lleve el gato al agua.

En cuanto al proyecto ruso de buque de asalto anfibio, su desarrollo todavía no se ha completado, aunque se inició ya en la época soviética. Se dio la orden de construir dos naves de esta clase, el Kremenchug y el Jersón, que no entraron en servicio en las FF.AA. debido al colapso de la URSS.

Según sus características tácticas y técnicas, los buques del proyecto 11780 estarían entre los navíos europeos y estadounidenses. El buque soviético tendría un desplazamiento de unas 25.000 toneladas y sería capaz de transportar hasta 1.000 hombres, 30 helicópteros y dos ó cuatro embarcaciones de colchón de aire o un mayor número de pequeñas lanchas de desembarco.

Los buques del proyecto 11780 tenían varias ventajas. Los diseñadores soviéticos los equiparon con una potente unidad de propulsión que hace posible desarrollar una velocidad de hasta 30 nudos. Están suficientemente armados, incluyendo un sistema de misiles de mediano alcance y un sistema de artillería AK-130, lo que aumenta la supervivencia del buque y su capacidad de apoyo en las operaciones de desembarco. Por otra parte, su alta velocidad ha permitido utilizarlo en calidad de buque antisubmarino.

Pero estos modelos, desarrollados con tecnología de los años 80, deben ser profundamente rediseñados y adaptados a los requisitos de la nueva época, lo que llevará mucho trabajo y un éxito incierto.

Por consiguiente, los astilleros rusos participarán en el concurso convocado sólo en calidad de subcontratista para construir el buque extranjero bajo licencia.

Bien visto, Moscú y París deberían elegir esta opción dentro del marco de suministro del Mistral. Los aspectos más importantes son el grado de participación de la industria rusa en la construcción de los dos buques en Francia y el grado de localización cuando se inicie la producción de los restantes dos buques en Rusia

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