El vicecanciller y el ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, Guido Westerwelle, visitó Moscú para invitar a Rusia a una cooperación más amplia con la OTAN y persuadirla en que sea mutuamente ventajosa su presencia militar en Afganistán. La diplomacia rusa expresó su interés hacia la cooperación, mientras declinó el segundo reclamo.
“Yo estaría alegre, si hubiera recibido una señal más clara por parte de Rusia de que sería preciso ensanchar los lazos entre la OTAN y Rusia”, confesó Westerwelle a una de las emisoras de radio local, tras su reunión con el jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov. Admitió que el entendimiento recíproco se observaba en muchas cuestiones planteadas por ambas partes, pero no logró superar las divergencias en varios temas fuera de la colaboración inmediata del país y la Alianza.
En particular, su interlocutor ruso excluyó la posibilidad del despliegue del Ejército ruso en el territorio afgano para fortalecer la operación internacional anti talibán. “Rusia no enviará sus tropas a Afganistán bajo ninguna condición", reiteró Lavrov durante y tras el encuentro. “Si esas especulaciones han aparecido luego de que fue realizado el operativo para exterminar los narcolaboratorios, se emprenden con objetivos inapropiados —explicó ante la prensa—. Incluso considero que ellas tienen un carácter provocativo”.
La vuelta de los militares a Afganistán, donde lucharon por exterminar el islamismo radical durante los años 1980, apoyando el débil Gobierno revolucionario de Kabul bajo la rechifla de toda Europa y América, es una cuestión de principio para la sociedad rusa. Por eso Lavrov fue perseverante en denunciar que “está completamente, ciento por ciento excluido”. “Nuestras tropas ni volverán, ni entrarán en Afganistán. Es una postura fija e inconmutable”, aseveró.
Al mismo tiempo, el Kremlin dispone de varias propuestas para la cumbre de la OTAN en Lisboa a la que asistirá también el presidente Dmitri Medvédev. Rusia está dispuesta a compartir con la Alianza toda la información de la que dispone sobre el tráfico de drogas afganas y las vías de suministro de armamento. Por su parte, el mando político del país quisiera “que la OTAN compruebe su devoción al derecho internacional, en primer lugar en lo que se refiere a la situación de uso de la fuerza y para que las situaciones similares no salgan fuera de los marcos establecidos por la Carta de las Naciones Unidas".
Otro tema que Westerwelle planteó ante su colega ruso fue el arreglo de la situación de Transnistria. La postura de las autoridades de aquella república autoproclamada es una de las piedras obstáculos para el desarrollo regional y de los puntos claves en la agenda europea. El vicecanciller alemán -una vez más- expresó la postura de Alemania en favor de que se reanuden las conversaciones vetadas por Tiraspol (la capital del territorio autóctono).
“Siempre es mejor, opinamos, que las conversaciones estén siendo mantenidas que cuando no están siendo mantenidas”, se expresó el huésped. Por eso consideró como necesario estimular el diálogo entre todas las partes involucradas actualmente. Admitió que en Europa esperaban que Rusia haga el uso de su influencia por la reanudación de las conversaciones sobre Transnistria.
Westerwelle destacó que “el propio hecho de que Medvédev llegue a Lisboa es más que una visita, es una expresión de que existe el deseo mutuo de crear e instituir la cooperación estratégica entre la Alianza y Rusia, mientras que las imágenes del enemigo son cosa de otro jueves.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario