En cumplimiento de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad, el norte de la aldea no pasará a manos del Ejército libanés, sino que estará bajo el control de la misión de la ONU
LAURA L. CARO / CORRESPONSAL EN JERUSALÉN
Día 17/11/2010 - 17.08h
Israel no se retiró del todo del territorio del Líbano donde en el verano de 2006 libró una guerra de 33 días contra Hizbulá. El grueso de sus tropas se replegó del suelo vecino en cumplimiento de la resolución 1701 que reguló el alto el fuego, pero el Ejército judío ha seguido manteniendo el control sobre un enclave, el norte de la aldea de Ghajar, que puede estar a punto de terminar más de cuatro años después.
El gabinete de Seguridad del Gobierno de Benjamin Netanyahu aprobada esta mañana sacar a sus soldados de esa zona, de acuerdo con una proposición de la ONU y del jefe de la Fuerza Interina de Naciones Unidas en el Líbano (Finul) al mando del general español Alberto Asarta, que deberá hacerse cargo de la seguridad de Ghajar norte en lo sucesivo. Los plazos y los términos del traspaso de control tendrán todavía que ser coordinados.
La evacuación israelí del área septentrional de esta minúscula villa supondrá, paradójicamente, su partición y una pesadilla para sus apenas 2.500 habitantes, musulmanes alauitas de origen sirio que en último siglo han visto como su lugar de residencia y ellos mismos han cambiado de manos tres veces.
Ghajar era arrebatada a Siria por Israel en 1967, cuando también se produjo la captura de los Altos del Golán. En 2000, coincidiendo con la retirada de Israel del Líbano, la ONU fijó la llamada Línea Azul, que determinaba la frontera israelo-libanesa atravesando esta aldea, de modo que su tercio superior quedó dentro del mapa del País del Cedro y el resto incluido en el Golán sirio ocupado por Israel. Desde 2006 hasta hoy ha permanecido de facto “unificada” otra vez bajo autoridad israelí.
Rechazo a los nuevos planes
Najib Khatib, uno de los dirigentes municipales de Ghajar, expresaba hoy su rechazo a los nuevos planes y lamentaba que su población se está viendo atrapada hace décadas en medio de un juego estratégico que no les tiene en cuenta. “Nadie ha venido a hablar con nosotros, la gente aquí está amargada y frustrada. La entrada de fuerzas de FINUL en la aldea significará de facto la división y por ello no aceptaremos el plan”, advertía, “lucharemos contra la separación en dos”. Nunca se han sentido filiación alguna con el Líbano y su prioridad es que la villa continúe unificada, bajo mando israelí hasta que, -señala Khatib-, el pueblo vuelva a Siria “como parte de una negociación diplomática”,
El diputado del partido chiita libanés Hizbulá, Alí Amar, ha celebrado el anuncio israelí y expresó su deseo que el retiro se haga extensivo igualmente a otras zonas disputadas a lo largo de la frontera entre Líbano e Israel, como es el caso de las granjas de Sheba.
En cualquier caso, Israel permanecerá en Ghajar al sur de la Línea Azul, custodiando militarmente un tramo fronterizo que considera un “agujero” de delincuentes comunes y traficantes de drogas, amén de un potencial coladero de terroristas de Hizbulá hacia su territorio.
Sobre el hecho de que Tel Aviv haya elegido precisamente este momento para anunciar su repliegue unilateral del norte de la aldea, que se lleva años intentado coordinar con la ONU, el director del Conflicts Forum, un think tank especializado en relaciones entre Occidente y el Islam, ha señalado en declaraciones a Al Jazeera que se trata de “un pequeño gesto” que tiene como destinataria la Comunidad Internacional, y que Israel ha querido hacer ahora que se siente bajo intensa presión por su negativa a frenar la construcción en los asentamientos
No hay comentarios:
Publicar un comentario